040: El mapa del Merodeador

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Las cosas estaban un poco tensas desde que Snape y Evans habían terminado su amistad. No solo estaban tensas entre ellos, sino entre los merodeadores. Remus y Sirius pasaban todo su tiempo juntos y evitaban a toda costa a James, este último se había hecho amigo de un chico de un curso menor llamado Peter Pettigrew, Morgana no lo conocía personalmente, pero no parecía mala persona. Y por último estaba ella, que tenía problemas con los de su casa. Últimamente solo se le veía en compañía de Cole y Thomas/Tom, lo que estaba generando muchos comentarios negativos.

Morgana caminaba por los pasillos y veía a los de su propia casa burlarse de ella, los que antes la veneraban y respetaban, ahora se reían de ella y la llamaban "la traidora de Gryffindor". En cambio las serpientes no se atrevían a meterse con ella, ya que era la protegida del nuevo, que en muy poco tiempo se había convertido en el príncipe de Slytherin y por lo que había escuchado se había alistado en los mortífagos.

-Contraseña.- le dijo la dama gorda.

-Valentía.- murmuró ella.

-Contraseña incorrecta.

Morgana miró a la pintura extrañada. Era imposible. Todavía no tocaba el cambio de contraseñas. Ella era prefecta, se lo habrían comunicado.

-Eh, Dumbledore.- dijo un chico de séptimo año.- Parece que no puedes entrar.

-Prueba con esta contraseña.- dijo otro riéndose.- Los traidores apestan.

Los dos chicos se marcharon riéndose y Morgana se quedó quieta, canalizando su ira interior. No se encontraba bien, estaba cansada de toda esta situación tan difícil. Así que se dirigió hacia el despacho del director. Cuando llegó se dio cuenta de que estaba vacío. Sintió como si todos la estuvieran abandonando. Sin darse cuenta estaba parada delante de un retrato en particular.

-Salazar Slytherin.- dijo Morgana en pársel.

El cuadro pasó de estar vacío a ser ocupado por un hombre muy serio, sin embargo cuando sus ojos se encontraron con los de ella, cambió su expresión a una más agradable.

-Morgana.- dijo él.- ¿Cómo estás?

-No muy bien.- dijo ella.- Estas semanas me he relacionado mucho con los Slytherin y ahora los de mi casa me hacen el vacío.

-Eso en Slytherin no te hubiera pasado.- dijo él.- En Slytherin encontrarás a tu verdadera familia. Eso es parte de nuestro lema.

-¿Qué me recomiendas que haga?

-¿Quieres mi consejo?- preguntó sorprendido.

-Sí.- dijo ella con la mirada baja.- A fin de cuentas soy tu heredera.

-Si la gente no te respeta, significa que no son tu familia.- dijo finalmente.- En casos como este un Slytherin se vengaría, y tú aunque lo niegues, lo eres.

-No creo que vengarme sea ahora mismo lo más prudente.- suspiró.- Ni siquiera puedo entrar a mi sala común.

Salazar sonrió con pena e hizo que su retrato se abriera revelando un pasadizo muy oscuro.

-Este camino te llevará directamente a lo que una vez fueron mis habitaciones.- dijo.- Puedes ir siempre que quieras.

Morgana sonrió levemente y se lo agradeció, pero él ya lo sabía.

-Hablaré con el retrato de Godric.- dijo Salazar.- Él hará algo con tu entrada a tu sala común. Lo solucionará, ya que también eres su heredera.

Morgana avanzó por el pasadizo sin ninguna luz, pudo haber conjurado un lumos, pero ahora mismo se sentía mejor en la oscuridad. Finalmente llegó hasta una habitación con las paredes verdes y el suelo de madera. La chimenea estaba encendida y daba un toque muy acogedor. Se quitó la túnica y la dejó sobre una silla. Muy a su pesar, se colocó un pijama con el emblema de Slytherin y en vez de irse a la cama escribió una carta:

Morgana DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora