Habían transcurrido unas pocas horas desde el incidente gatuno y Morgana caminaba con mucho dolor hasta el Gran Comedor para desayunar. Lo hacía entre quejidos y mucho cansancio.
-¿Estás bien?
Se giró para buscar a la fuente de aquella voz, para encontrarse de frente con Jacob Scamander.
-Estupendamente.- dijo ella entre dientes.- ¿Por qué lo preguntas?
-No tienes buena cara.- siguió él.- Además parece como si te costara caminar.
-Ayer...- comenzó ella.- Después de despedirnos, fui un rato al campo de Quidditch y me caí de la escoba. ¡Pero estoy bien!
-Esas marcas no parecen provocadas por una caída desde una escoba.- dijo él.
Morgana se bajó la manga de la túnica para ocultarlo, pero ya no tenía mucho sentido.
-¿No me digas que tienes una tesis doctoral en heridas?- preguntó ella con sarcasmo.
-No.- dudó él.- Pero sé reconocer las heridas hechas por un animal. Si fuera tú iría a la enfermería.
-Solo son unos rasguños, creo que podré sobrevivir.
Le dio su típica sonrisa tranquilizadora, que solo los desconocidos se creían. Jacob vaciló y Morgana se preguntó si sabría legeremancia y le estaba leyendo la mente.
-Si quieres podemos entrar juntos.- dijo él.
Morgana asintió y caminaron lentamente al Gran Comedor, recibiendo muchas miradas curiosas y provocando que muchos murmuraran.
-¿Esto es así siempre?- preguntó él.
-Te acostumbrarás.- dijo ella.
La Gryffindor no entendía como es que todo el mundo los miraba. Estaba ya acostumbrada, pero ahora mismo era lo que menos deseaba, ya que no quería que notaran sus heridas.
-Recupérate.- dijo Jacob cuando llegó a su mesa.- Ya aplazaremos lo de Hogsmeade.
-Descuida.- dijo ella haciendo un gesto con la mano.- Mañana estaré como un roble.
Sonrieron y Morgana caminó bajo la atenta mirada de... De medio Hogwarts.
-¿Qué pasa?- preguntó Morgana al aire.- ¿Disfrutando de la telenovela?
Los pocos muggles que habían presentes se rieron, incluido Jacob. Se dejó caer en un sitio libre de la mesa de Gryffindor, al lado de James.
-Ni una palabra.- refunfuñó ella, cogiendo los cubiertos.- Muchas gracias.
Odiaba a la gente, ese era su pensamiento principal. Cuando llegó a clase de transformaciones, se dio cuenta de que Sirius y Remus ya estaban allí, por una vez Sirius había sido puntual.
-Os agradecería que no lo mencionarais.- repitió Morgana, sentándose al lado de Sirius.- Ya tengo suficiente con todo Hogwarts.
-¿Mencionar el qué?- preguntó Sirius.
-¿No os habéis enterado?- preguntó James riéndose.- ¡Morgana tiene una cita mañana! Lo han declarado delante de todo Hogwarts.
-No es una cita.- protestó Morgana.
-¿Con quién?- medio chillaron Remus y Sirius.
-Con el nuevo.- contestó James, muy emocionado.- Resulta que es un Scamander.
-Ya que vas a salir con él.- comenzó Remus.- ¿Podrías preguntarle si su padre me puede firmar un libro?
Los tres se rieron de ella, mientras murmuraba maldiciones. La clase comenzó y prácticamente no prestó atención, tenía algo de lo que preocuparse en ese momento: sentía que se desmayaba. Todo lo veía borroso y las voces eran lejanas. Aún así aguantó hasta la práctica de Quidditch, donde ya no pudo más.
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Morgana Dumbledore
Fiksi PenggemarEl mundo mágico está conmocionado. La nieta del mago más poderoso de todos los tiempos ha llegado a Hogwarts. ¿Lo malo? Ni el propio Dumbledore sabía de su llegada.