032: Un loco enamorado

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Morgana jamás había estado en una boda mágica, por eso se leyó más de veinte libros sobre dicho acontecimiento, ¿por qué lo hacía? Porque su mejor amigo, Sirius Black, le había pedido que fuera como su pareja a una boda familiar, concretamente a la de su prima Bellatrix Black, con la cual no tenía una muy buena relación.

Remus y James también le informaron un poco de las tradiciones que tenían lugar en las bodas mágicas, incluso le preguntó a Malcolm, aunque esto no fue de mucha ayuda. El único que le dejó las cosas claras fue Cole.

Durante varias semanas, Morgana tomó clases de protocolo, de vestimenta, de la forma de comer... De una gran variedad de cosas. Se dio cuenta de que Cole era muy buen profesor, aunque no le ponía mucho entusiasmo a las cosas.

El verdadero problema fueron sus abuelos, ellos no estaban muy de acuerdo en que fuera a esa boda, sobre todo por el hecho de que estaría lleno de sangre puras que odiaban a Dumbledore.

-No creo que sea buena idea.- dijo Albus.

Estaban los tres una mañana muy temprano en su despacho, era el día de la boda y estaban esperando a Sirius.

-Ya te he dicho que no pasará nada malo.- dijo Morgana.- No creo que Bellatrix encuentre tiempo para matarme en su boda.

-Prométeme que no buscarás los problemas.- le dijo su abuela.

-¡Yo nunca los busco!- protestó ella.

La conversación se podría resumir fácilmente: comentarios preocupados de sus abuelos. Finalmente llegó Sirius, para alegría de Morgana y pesar de los profesores.

-Ten cuidado.- le susurró Minerva mientras le arreglaba las solapas de la túnica, que ya habían sido arregladas más de quince veces.

-No se preocupe, profesora McGonagall.- le dijo Sirius que ya tenía un puñado de polvos flu en su mano.- Morgana estará conmigo.

-Eso no me tranquiliza.- murmuró ella.

Sirius se acercó a la chimenea del director, Morgana también lo hizo y además cogió una cantidad media de polvos flu.

-Solo debes decir: "Mansión Black".- le dijo Sirius.

En un parpadeo, los dos Gryffindors ya no estaban allí y en cambio habían aterrizado en una salón de una gran mansión, estaba sobre cargado con adornos y demás y tenía un aire gótico.

Salieron de la mansión y fueron al jardín, donde se celebraría la recepción, además allí estaban todos los invitados, en su mayoría familias de sangre pura.

-No sé si lo sabías pero una boda de los Black dura casi un día.- le dijo Sirius.- Primero es la recepción de los invitados, luego viene un oficial del ministerio y los casa, después es la ceremonia, el brindis, la comida, el baile... Es agotador.

-Debí haberme puesto unos zapatos más cómodos.- dijo Morgana.- Y dejar escrito mi testamento, es evidente que en todo un día Bellatrix encontrará la forma de matarme.

-No creo que tenga tiempo para hacerlo.- comentó Sirius.

-¿Sabíais que antes las bodas Black duraban siete días?- dijo una nueva voz detrás de ellos.

Era Andromeda, venía sola y se le veía bastante feliz.

-¡Andy!- exclamó Sirius dándole un abrazo.

-Me alegro de verte, Morgana.- dijo sonriendo.- Cuando Sirius me dijo que ibas a venir pensé que me estaba mintiendo.

-Ya ves que no.- contestó Morgana.

-¡Mirad, ahí están la tía Walburga y el tío Orión!- exclamó Andromeda señalando a dos personas.- Deberíamos ir a saludar.

-¿Tenemos que hacerlo?- preguntó Sirius con una mueca de disgusto.

Morgana DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora