Morgana Dumbledore

029: Retratos

Las cosas habían vuelto a su cauce original, más o menos. Los abuelos de Morgana estaban actuando de una forma extraña, intentaban pasar más tiempo con ella y le preguntaban por temas que les resultaban un tanto incómodos. Además no habían vuelto a hablar de Cole ni de su abuelo, por lo que Morgana supuso que podía seguir siendo su amiga.

El baile de navidad estaba a la vuelta de la esquina y lo que era peor, Morgana aún no había encontrado pareja. Había pensado en decírselo a Cole, pero luego se enteró de que el protocolo indicaba que eran los varones los que debían invitar a las mujeres al baile; una tradición absurda y pasada de siglo, en la opinión de Morgana. Así que ahí estaba, esperando que alguien se lo preguntara o temiendo ir sola.

Se sorprendió al saber que casi todos sus amigos ya tenían pareja. James se lo había pedido a Lily y esta le había dicho que prefería ir con el calamar gigante antes que con él. Remus fue con Lily, pero solo como amigos. James acabó pidiéndoselo a Marlene y esta aceptó.

-¿Tienes pareja para el baile?- le preguntó una tarde Cole.

-En realidad...- no pudo continuar porque Sirius apareció de golpe diciendo que tenía que hablar con ella de un asunto de vida o muerte.

Se despidió del Slytherin dejándolo un tanto confundido y se marchó. Se metieron en una aula vacía y Sirius le dijo que se sentara.

-¿Te gustaría venir conmigo al baile?- le dijo finalmente.

-Por supuesto, canuto.- contestó ella sonriendo.

-Ya lo verás, será la mejor noche de tu vida.- dijo él.- Los Black somos inolvidables.

-Oh, ya lo sé, no hace falta que me lo digas.- rió ella.

-Tú ya sabes que estoy enamorado de alguien, ¿verdad?- susurró él un poco más serio.

-Sí, te declaraste la noche de la fiesta.- le dijo ella como si se le hubiera olvidado.

-Bueno, pues no me rechazó del todo, me dio hasta fin de curso para demostrarle que soy digno de su amor.

-Que romántico, estoy segura de que se lo propusiste tú.- sonrió.- Ese dramatismo es típico de los Black.

-Fue una idea de los dos.- dijo él sonrojado.- Me gustaría que no se lo contaras a nadie y si al final lo consigo, serás la primera en saberlo.

-¿Y James?- dijo ella extrañada.- Él es como tu hermano, ¿los chicos no os contáis este tipo de cosas?

-Sé que James es como un hermano para mí.- empezó.- Pero, no creo que él comprenda lo mío sin estar enamorado, ¿me entiendes? Además, él será mi hermano, pero tú eres mi hermana, y las chicas entendéis más de estos temas.

Morgana estalló en risas, hacía tiempo que no se reía tanto, la risa de la bruja era tan contagiosa que Sirius acabó riéndose y llorando de la risa. Cuando Filch los encontró, tuvo problemas para hacerlos callar y por ende se ganaron una detención, aunque valió la pena.

Acabaron limpiando retratos, así es, Filch había dicho que algunos de los retratos del despacho del director estaban llenos de polvo y de telarañas y que ese era su castigo. Les dio una escalera para poder llegar a los que estaban más arriba. También descubrieron que a los directores no les hacía mucha gracia que limpiaran sus marcos y más unos adolescentes.

-Pues al final no ha sido para tanto.- dijo Morgana, que estaba arriba de la escalera limpiando el cuadro de un director del siglo dieciocho.

-¿Qué no ha sido para tanto?- dijo Sirius, que estaba bajo sujetando la escalera para que no se cayera.- Nos ha castigado por reírnos.