055: Hermanos

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Ese año, por primera vez en su vida, Morgana Dumbledore fue puntual. Se levantó a una hora decente y se marchó a la estación de King Cross, pero como Tom la liaba con cualquier cosa, acabaron perdiendo media hora de sus vidas y tuvieron que correr para llegar al andén nueve y tres cuartos. Morgana se subió al carrito y Tom la empujó mientras corría empujándola, además de que la dirigía mientras esquivaban a los transeúntes, pero finalmente llegaron al tren con demasiado estilo.

-Te lo dije, Morgana.- le comentó Tom mientras se sacudía las mangas de la túnica.- Si vas conmigo nunca llegarás tarde a ningún sitio.

-Pero si has sido tú el que me has liado.- le dijo sorprendida y caminando por el pasillo del tren buscando su compartimento habitual.- Como siempre.

-No te he liado.- murmuró frustrado.- Simplemente te he dicho que teníamos que hablar con Salazar para que nos solucione las dudas respecto a nuestro nuevo problema.

-No sé que esperas que te solucione el viejo Slytherin.- dijo riéndose.- Sí, dominaba la oclumancia y eso, pero no creo que sepa porque puedo escucharte en mi mente.

-¡Ya te lo dije!- exclamó desesperado.- Es por el ritual de sangre que hicimos.

-Entonces, si ya tienes tu propia teoría, ¿para qué tenemos que ir a hablar con él?

-Porque me preocupa otro tema.

Tom no dijo nada más, simplemente se metió en el diario y la dejó a solas en el pasillo. Morgana inspiró profundamente y abrió el compartimento, donde ya estaban todos los merodeadores. Se abrazaron como si no se hubieran visto en años (cuando fue ayer) y comenzaron a hablar de sus futuras bromas, y no mucho tiempo después, entró Peter Pettigrew. Sirius le comentó a su amiga, que él y James se habían vuelto casi mejores amigos durante el año pasado, concretamente cuando Morgana lo estaba pasando mal por la muerte de Jerry y ni Sirius ni Remus hacían bromas con el Potter, por lo que se tuvo que buscar a otro compañero de fechorías.

-He ayudado a Peter a convertirse en animago.- dijo James feliz pasándole un brazo por el hombro.- ¡Adivinad que forma le salió!

-Oh, no, James, no lo digas.- murmuró el chico avergonzado y sonrojado.

-¡Una rata!- exclamó riéndose y dando palmadas.- Ahora le pega más que nunca el apodo de "Colagusano". ¿Qué os parece?

Mientras Sirius se cachondeaba del horrible apodo, Morgana se fijó en el pobre muchacho, algo en él le llamaba mucho la atención, pero no sabía exactamente qué era, así que sonrió y le tocó la pierna, mientras los otros dos discutían.

-Bienvenido a la banda.- susurró sonriendo.- No te dejes influenciar demasiado por James.

-Gracias.- sonrió tímidamente.- ¿Podrías no...?

-Tranquilo, no te llamaré Colagusano.- dijo ella.- Tú puedes llamarme Morgana si quieres, aunque si te apetece más Bocón no hay problema.

-Gracias, Morgana.- dijo de nuevo.

-De nada, Peter.

El viaje transcurrió sin más, pero un rato después, también se unieron Lily, Marlene, Alice y Frank. En ese momento Morgana meditó que ese sería el último viaje a Hogwarts en tren que harían juntos, sin embargo, no quiso compartir esos pensamientos con ellos, ya que sabía que les desanimaría y eso no lo iba a permitir, no cuando había un ambiente de lo más agradable entre ellos. La puerta del compartimento se abrió y Cole se asomó, quizás con algo de temor, Morgana se levantó y fue hacia fuera, mientras escuchaba a sus amigos susurrar. Los merodeadores lo sabían de sobra, Frank lo sospechaba, Lily, Alice y Marlene también lo sabían porque compartían habitación con ella, y Peter... Él era demasiado inocente como para entenderlo.

Morgana DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora