058: La pesadilla

232 38 3
                                    

Todo estaba a oscuras. Era de noche y Morgana Dumbledore se encontraba en un bosque. No era exactamente el de Hogwarts, se parecía más al que había cerca de su antiguo barrio de las Siete Hermanas. Caminó en silencio, hasta que se apoyó en el árbol que buscaba y precisamente lo hacía porque en la madera había algo tallado: "Arthur, Howard, Jerry, Mike, Morgana, Robert." La bruja pasó los dedos por la inscripción y se confirmó a sí misma de que estaba en territorio seguro, sin embargo, vio a una extraña figura acercándose.

-¿Hola?

No le contestó. El aire soplaba con fuerza y removía las hojas y sus propias ropas. La persona vestida completamente de negro se acercó más a ella. No podía verle la cara y no lo reconocía.

-¿Eres tú, Jerry?

No supo muy bien porque dijo eso, pero al final le reveló su rostro y descubrió que se trataba de Raymond Dunstable, de sus peores enemigos y eso que no tenía demasiados... El chico se abalanzó contra ella y forcejearon.

-¡Mataste a mi hermano!

Consiguió librarse de su agarre, pero tropezó y cayó hacia atrás, pero alguien le tendió la mano y la sujetó. Miró abajo y vio el vacío, pero al frente estaba Estaba Jerry que le sostenía la mano y le sonreía de forma tétrica y espantosa. No parecía él.

-Debiste haber sido tú, Morgana.

Y allí mismo, la soltó. Cayó al vacío y rápidamente se despertó de aquella horrible pesadilla, pero no estaba sola. Curiosamente en su habitación había más gente de la que debería haber, casi parecía una reunión. Lily estaba en su cama y la miraba muy asustada, Marlene y Alice estaban a un lado al borde de las lágrimas, Minerva estaba en el borde de la cama sosteniéndola por los brazos y Albus estaba muy cerca de ellas. Ah, sí, y todos iban en pijama.

-Ya estoy despierta...- murmuró palpando la mesita mientras buscaba algo.- Solo necesito encontrar...

Entre jadeos alcanzó su ventolín. Inspiró con fuerza hasta que fue capaz de respirar por sí misma, sin embargo, cometió el error de mirar aquel objeto y es que, aunque cada año estaba más viejo, notó la jota mayúscula que había tallada en un lateral. Aquel ventolín se lo regaló Jerry. Con aprehensión lo dejó caer a las sábanas.

-¿Estás bien?- le preguntó suavemente su abuela.

-Sí, sí, solo ha sido una pesadilla.- contestó cansada.

-Estabas gritando, Morgana.- le dijo Lily.- Y diciendo cosas sin sentido.

Eso le interesó. La miró y le hizo un gesto para que continuara.

-Dijiste el de Jerry.- confesó avergonzada.- Pero también otro más largo... Creo que fue Raymond Dunstable. Luego simplemente pediste ayuda y gritaste sin más.

-El sitio... El sitio era real.- susurró Morgana para sí misma, solo que cometió el error de hacerlo en voz alta.

-Los sueños pueden darse en escenarios reales.- habló Albus.- Al igual que sus protagonistas.

No entendía muy bien por qué, pero algo le decía que debía ir a las Siete Hermanas y solucionar sus asuntos. A la noche siguiente, aprovechando que todo el mundo estaba durmiendo, decidió escabullirse en silencio. Como aún no dominaba la aparición tuvo que ir andando.

«Esta va a ser una noche muy larga...» murmuró Tom por su mente. Al menos con su presencia allí, le haría compañía.

Unas horas más tarde, cuando el sol comenzaba a asomarse por el horizonte, Lily Evans se levantó y se dio cuenta de que su mejor amiga no yacía en su cama. Miró por toda la habitación y no la encontró. Por no despertar a sus amigas, bajó silenciosamente hasta la sala común, sin embargo se topó con los merodeadores y del susto gritó.

Morgana DumbledoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora