Faltaba un día para las vacaciones de Navidad. Solo un día. Por eso Morgana Dumbledore estaba exasperada, ya que tenía detención en el bosque prohibido con nada más y nada menos que Sirius Black.
La semana pasada, el joven Black junto a sus amigos (que ahora se hacían llamar los merodeadores), colocaron unas bombas de estiércol en el pasillo del Gran Comedor, cuando este estaba vacío. Morgana había entrado allí porque se había olvidado la chaqueta en la mesa de Gryffindor. De pronto, Filch, apareció y los descubrió; este los acusó de hacer actos vandálicos en el colegio y les dio detención en el bosque prohibido junto a Hagrid. Cuando la profesora McGonagall se enteró decidió modificar el castigo, a fin de cuentas era su jefa de la casa, mandó a James Potter y a Remus Lupin a limpiar calderos junto a Slughorn; mientras que Morgana y Sirius harían la detención con el guardabosques, aunque especificó que nada de ir al bosque prohibido.
Cuando los dos Gryffindors llegaron a la pequeña choza de Hagrid, este les saludó efusivamente, ya que le encantaba pasar tiempo con la nieta de su héroe.
-¿Listos para ir al bosque?- dijo el semigigante, cogiendo varias cosas.
-¿Listos para qué? La profesora McGonagall dijo que te ayudaríamos con unos escarbatos. Dijo que no podíamos ir al bosque prohibido.- dijo Morgana.
-Ya.- contestó Hagrid.- Hay un cambio de planes. El director me ha encomendado ir a hablar con los hombres lobo para un tema confidencial. Por eso debemos de ir.- dijo encaminándose hacia las profundidades oscuras, dejando metros atrás a los adolescentes.
-¡Genial!- exclamó Sirius dando un saltito.
-De genial nada. Es un bosque peligroso, Sirius. Hay gigantes, acromántulas, vampiros, hombres lobos, centauros y quién sabe que más.- replicó Morgana.
-¡Venga! Estaremos con Hagrid, si ocurre algo malo él nos defenderá, al fin y al cabo es amigo de todas las criaturas.-
Morgana lo consideró, ya que Hagrid era un profesor y sería capaz de dar su vida por ellos, sin embargo había algo que aún no la convencía. Al final, la bruja aceptó, siendo vitoreada por Sirius.
El bosque no es que diera miedo, el problema era que al ser los árboles tan altos bloqueaban la entrada de la luz y por eso de noche estaba más oscuro de lo normal. Se escuchaban aullidos y sonidos de animales. A Morgana le recordó a escenarios de películas de terror muggle.
-Bien.- dijo Hagrid.- Ahora nos dividiremos, Fang y yo iremos por aquí y vosotros por allí.-
-¿Y qué pretendes qué hagamos si vemos a un hombre lobo? ¿Le lanzamos una pelota y que vaya a por ella?- preguntó Morgana sarcásticamente, llevándose una sonora carcajada de su amigo.
-Claro que no.- contestó el guardabosques como si fuera algo obvio.- En cuanto veáis uno, lanzad chispas plateadas al aire con la varita y yo iré. Tomad, esto os ayudará si alguno de ellos os ataca.- dijo dándoles unos objetos de plata.
Hagrid y Fang se marcharon, dejando a los dos Gryffindors solos ante el peligro.
-¿De verdad Hagrid ha dejado solos a dos estudiantes de primer año?- preguntó Sirius.
-Eso parece. Me sigue pareciendo extraña la elección de mi abuelo.- dijo Morgana.
-¿De que estás hablando?-
-Creo que él no sabía que teníamos detención con Hagrid, ya que sino, no le habría mandado esa tarea. Y también creo que como la profesora McGonagall se entere de todo esto, dejara inconsciente durante un mes al director.
De pronto, escucharon el sonido de unos cascos de caballos. Eran centauros y se aproximaban hacia ellos.
-Tranquila.- dijo Sirius.- Son inofensivos. Son como caballos, no nos harán nada.-
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Morgana Dumbledore
FanfictionEl mundo mágico está conmocionado. La nieta del mago más poderoso de todos los tiempos ha llegado a Hogwarts. ¿Lo malo? Ni el propio Dumbledore sabía de su llegada.
