«Polvo oscuro de hada»
Después de dejar a Alen en manos de Samara —la madre de Aiden y una de las mejores sanadoras de Sunforest— Ada y yo entramos al estudio del castillo, una pequeña sala que se usaba para reuniones importantes. Ahí, Arus y Joham habían llevado a Medea para poder hablar con ella en un lugar privado y protegido por los sortilegios de Arus. Jared y Aiden también estaban ahí, solo en caso de que las cosas se complicaran y necesitáramos apoyo.Loan y Dandelion se habían quedado con Amira y el resto de los niños, para suplir a Samara en su protección.
Medea estaba sentada en una de las sillas, con los brazos cruzados y un claro gesto de aburrimiento. Sus ojos se volvieron más vivaces cuando nos unimos a ellos y nos sentamos enfrente, quedando cara a cara. Todos los demás estaban bastante nerviosos como para quedarse quietos, así que continuaron de pie, revoloteando a nuestro alrededor.
—¿Cómo está el niño?
—No es de tu incumbencia —la corté.
Ella se balanceó hacia atrás y torció la boca con enfado, pero no dijo nada. Medea era la más joven de las brujas antiguas, al menos en comparación a Moll y Morwan, sus dos compañeras. Su cabello y ojos de color azul rey también la volvían la más llamativa.
—Dijiste que querías hablar con nosotros —comentó Ada—. ¿Sobre qué?
—Ustedes saben sobre qué —murmuró.
—¿Por qué deberíamos confiar en ti? —intervine.
—He traicionado a Moll y Morwan al venir aquí, así que no tengo más que perder.
—Sé clara, Medea —pidió Ada, perdiendo la paciencia—. ¿Por qué tenías a Alen?
—El plan original era secuestrar a los tres, así que tienen suerte de que Clío solo lograra llevarse a uno. De lo contrario, no hubiera podido rescatarlos a todos.
Ada bufó con rabia.
—¿Suerte? Si no los secuestraran, ni siquiera habría necesidad de rescatarlos
—No te desquites conmigo, yo no fui la tonta que les regaló voluntariamente polvo de hadas a tres brujas milenarias.
El corazón de Ada dio un vuelco tan inesperado que resultó doloroso. Soltó un pequeño jadeo y llevó una mano a su pecho, provocando que me tensara.
—¿Qué? —musitó con voz débil.
Por debajo de la mesa mi mano izquierda corrió hasta su rodilla, en lo que esperaba fuera un gesto tranquilizador. Ada tragó saliva audiblemente, aguardando por la explicación de Medea.
La bruja descruzó sus brazos y se inclinó hacia adelante, para mirarnos más de cerca. La uña de su índice rascó la madera de la mesa, mientras pensaba su respuesta con mucho cuidado.
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Féryco. Ezra Rey.
FantasyEl rey de las hadas aún no sabe que nunca volverá a ser el mismo una vez que descubra quién está detrás de los asesinatos que amenazan a su reino. ¿Ezra Rey tendrá la fuerza necesaria para proteger a su gente, su familia y a sí mismo? ¿Cuánto tendrá...