El rey de las hadas aún no sabe que nunca volverá a ser el mismo una vez que descubra quién está detrás de los asesinatos que amenazan a su reino. ¿Ezra Rey tendrá la fuerza necesaria para proteger a su gente, su familia y a sí mismo? ¿Cuánto tendrá...
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En los siguientes recuerdos, Ada fue una locura. La tristeza se convirtió en una furia indomable que nadie pudo contener, sobre todo al recuperar el conocimiento y comprender lo que las brujas estaban haciendo conmigo.
Y con ella, dicho sea de paso.
Jared fue el único que logró calmarla lo suficiente y solo al jurarle que él la ayudaría a encontrarme antes de que fuera demasiado tarde.
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El día después de ese incidente Ada se reunió con Féryco y yo no pude estar más orgullosa de ella al ver como manejaba la situación y el miedo con el resto de las hadas. A pesar de todo —a pesar de que yo sabía que esos latigazos seguían grabados en su mente como fuego— infundió esperanza y valor en nuestro reino de una manera insuperable.
Ni siquiera yo lo hubiera hecho mejor que ella, supongo que era la ventaja de cuidar dos reinos en lugar de uno.
Lo único que opacó esa reunión fue que, cuando casi terminaba, ella volvió a caer de rodillas frente a todos al sentir la segunda ronda de latigazos que las brujas me proporcionaron, con todo nuestro pueblo siendo testigos de la doble tortura.
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—Está de malas —advirtió Arus cuando vio a Jared entrar a nuestra habitación en Féryco. Él dudó, como si aún estuviera a tiempo de salir sin ser notado.
