Capítulo extra. Bruja rompe corazones.

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«Bruja rompe corazones»

AIDEN. PARTE II.

3 años atrás

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3 años atrás.

La cosa no estaba muy animada cuando llegué a Féryco y fruncí el ceño ante la tensa escena que me encontré en el centro del oasis, ¿no se supone que esto era una fiesta? Cuando me acerqué a la gran mesa de piedra y cristal que estaba bajo la sombra de las enormes pérgolas blancas, todos me saludaron algo distraídos.

Con un rápido vistazo comprendí que no había rastro de Ada ni de Jared. Ezra si estaba ahí, sentado junto a su hermano y su padre, pero su rostro estaba serio e incluso parecía preocupado. 

Enid y yo intercambiamos una mirada discreta, pero decidí sentarme lejos de ella para seguir sus estúpidas reglas y disimular las apariencias. Si le afectó no lo demostró, se limitó a ignorarme como siempre hacía cuando no estábamos solos.

    «¿Quién murió?» —le pregunté a Flora con telepatía.

    «Muy graciosito, Aiden» —respondió ella mientras aplacaba con una mano el cabello rubio de Jamie, el pequeño estaba sentado en sus piernas. Eira y Noah conversaban tranquilamente a su derecha. Alen, el menor de todos, estaba callado, pero observaba a su hermano con devoción.

    «Sabes a lo que me refiero» —me justifiqué.

    «Parece que Ada no se siente bien, ha dormido casi toda la mañana»

    «Pero es su cumpleaños...» —dije incrédulo.

    «¿Por qué crees que todos estamos preocupados?»

Bueno, eso explicaba las caras largas.

    —¡Tía Ada! —gritó Eira tan de improviso que me sobresaltó. Todos reaccionaron al escucharla y alzaron sus rostros, pintándolos de inmediato con una sonrisa que disimulara su preocupación.

Todos menos Ezra.

Eira corrió hasta abrazar a Ada e intercambiaron algunas palabras a las que no les presté atención. Me giré para evaluarla con cuidado y decidir por mí mismo si tendría que intervenir aunque ella rechazara mi ayuda. Ciertamente su rostro se veía cansado y también parecía un poco débil, pero no percibí ninguna alerta importante... de hecho, no percibí nada.

    «¿Notas algo?» —cuestionó Jared.

Miré a mi amigo y me di cuenta que mientras yo examinaba a Ada, él me evaluaba a mí.

    «No» —me sinceré—, «pero estaré atento»

    «Gracias» —dijo antes de continuar hablando con Ada, para disimular nuestra silenciosa conversación.

Féryco. Ezra Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora