Capítulo 28. Atrápame si puedes.

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«Atrápame si puedes»

Ada y yo nos acechábamos como dos gacelas intentando arrinconar a su próxima presa

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Ada y yo nos acechábamos como dos gacelas intentando arrinconar a su próxima presa. Yo necesitaba hacerme con cada ápice de mi concentración para que su sudoroso cuerpo no me distrajera de manera sugerente, pero eso solo lo volvía más interesante.

¿Cuánto tiempo llevábamos luchando? A esas alturas no tenía idea. En el palacio había un piso entero acondicionado como sala de entrenamiento y nosotros llevábamos horas encerrados ahí. Era grande, espacioso y sin ventanas, para que la luz del día o de la noche no nos distrajera de nuestro propósito; entrenar cuerpo y mente sin cansancio.

El piso de caucho negro se hundía bajo nuestros pies descalzos, pensado para que pudiéramos correr, girar, rodar, lanzar, empujar y taclear. Las paredes estaban cubiertas con hule espuma para que los cuerpos pudieran rebotar en ellas sin causar mucho más daño.

En la pared del fondo había algunas armas y materiales para también trabajar la coordinación, equilibrio y fuerza. Mi esposa y yo no utilizábamos ninguna en ese momento. Estábamos en medio de un combate cuerpo a cuerpo para afinar nuestra concentración y ataques, también para mejorar nuestras defensas. Teníamos toda la semana entrenando arduamente; por ella.

El mismo día de la liberación de Frey, volvimos a reunirnos con la corte y Enid durante horas, para definir todos los detalles de la trampa que le pondríamos a Morwan y Moll, además de una fecha.

Ese día sería mañana y todos nos estábamos preparando, a nuestra manera. En mi caso, había decidido tragarme mis palabras y darle a Ada —mi reina y mi esposa— absolutamente todo mi apoyo. Se lo merecía. Por eso mismo, los últimos seis días la había presionado con los entrenamientos más allá de los límites. Para que no solo su magia estuviera despierta, también sus cinco sentidos. Para que estuviera fuerte y poderosa, preparada para lo que se avecinaba.

A sus 18 años ella había tenido que aprender lo básico rápidamente, así que fue entrenada por Jared, Joham, Dandelion y Arus. Nadie podía negar que los cuatro hicieron un trabajo magnífico con ella, entrenando su mente, cuerpo y magia al mismo tiempo.

Tras la muerte de Azael los entrenamientos se espaciaron, pero continuaron hasta que los cuatro la convirtieron en el ser poderoso que hoy estaba de pie frente a mí. Podía sentirlo con tan solo verla, un gran cúmulo de magia corriendo por debajo de su piel, asentada en sus huesos y jugueteando entre sus venas como si fuera su propia sangre, una parte de ella.

Solo por eso, me permitía no estar taaan preocupado por mañana. Sobre todo cuando ella se estaba tomando nuestros entrenamientos con tanta seriedad, consciente de lo que significaba ser carnada para las dos brujas antiguas, suponiendo que Medea no estuviera con ellas.

Volví al presente cuando Ada controló su respiración y saltó sobre mí. Así, comenzamos de nuevo con ese baile de brazos y piernas, golpes y escudos, magia y poder.

Féryco. Ezra Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora