Capítulo 20. Vida por vida.

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«Vida por vida»

Las palabras de Medea crearon un denso silencio en el estudio, tanto así que hasta la bruja se quedó inmóvil

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Las palabras de Medea crearon un denso silencio en el estudio, tanto así que hasta la bruja se quedó inmóvil. Apreté el puente de mi nariz con fuerza, intentando remitir el dolor de cabeza que sus últimas palabras habían ocasionado. Una punzada de náuseas golpeó mi estómago pero no la reconocí como mía, más bien, esa era de Ada.

Sin decir nada, ella arrastró su silla hacia atrás y se puso de pie. Alcé mi cabeza para verla. Le dedicó una última mirada fría a Medea antes de girar su cuerpo un cuarto de vuelta y marcharse, evitando a toda costa mirarme antes de hacerlo.

—Ada... —la llamó Jared.

Su hermano mayor rodeó la mesa e intentó alcanzarla, pero Joham se atravesó en su camino justo a tiempo y lo detuvo presionando una mano en su pecho.

—Déjala irse.

Jared se molestó.

—Ella robó ese polvo de hadas por mí, para salvarme.

—Y ella no necesita que se lo recuerdes en este momento.

—Esto no es su culpa, tiene que saberlo.

Joham negó con tristeza.

—Tú no podrás convencerla de lo contrario.

El padre de Ada me miró y su silenciosa petición fue bastante clara, al menos para mí. Asentí para tranquilizarlo.

—Iré yo —avisé— en un momento.

Quería darle unos minutos para que se repusiera de las náuseas... o vomitara de ser necesario. Además, no sabía si Medea tenía algo más que confesar.

Ante ese pensamiento mi atención volvió a la bruja y me di cuenta de que ella nunca despegó sus ojos de mí, seguía evaluándome como si yo fuera un raro espécimen que le gustaría investigar. Y tenía que admitir que no era la primera vez que una bruja me miraba de esa manera.

Reprimí una mueca y mantuve mi rostro neutro, no iba a demostrarle lo mucho que me afectaron sus palabras.

—¿Hay algo más que deberíamos tener en cuenta?

—Te he dicho todo lo que sé.

—¿Enid sabe algo sobre esto?

Sospechaba la respuesta pero quería estar seguro, después de todo, Morwan no dejaba de ser la abuela de la brujilla. Para mi alivio, Medea agitó su cabeza negativamente.

—Ella y su abuela no se llevan bien. Morwan no se atrevería a contarle nada a Enid, menos después de lo mucho que los ayudó a ganar la guerra del infierno. No confían la una en la otra.

Bien, eso significa que Enid seguiría siendo una aliada para nosotros. Y una valiosa.

—¿Y de qué lado estás tú?

Féryco. Ezra Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora