«Fénix de hielo y fuego»Los desconsolados gritos de Ada y Joham retumbaron por las praderas con fuerza, haciendo que Jared mirara repleto de miedo por encima de su hombro. Las manos azules de Aiden se apagaron como cuando soplas una vela, alzó una para cerrar con mucho cuidado los ojos de Arus.
Tragué saliva en seco, sin poder creer que esa fuerte alma acababa de esfumarse para siempre. No sé por qué había pensado que Arus sería eterno y siempre estaría ahí, con nosotros.
Sabía que Ada, Joham y Jared estarían destrozados por esa inesperada pérdida, pero mi instinto me hizo recordar que Morwan aún estaba viva y que todos nos encontrábamos en peligro.
Dejé que la furia fuera impulso suficiente para moverme, pero me mantuve concentrado y con la cabeza fría. Me coloqué entre Flora y Morwan justo cuando la bruja atacaba de nuevo y la oscuridad se encontró con una pared de hielo que formé con tan solo medio pensamiento y estalló en miles de fragmentos destellantes que flotaron a través de la noche como diamantes.
La onda de poder hizo que Morwan saliera despedida hacia atrás y aterrizara boca abajo. Se puso sobre sus rodillas rápidamente, pero yo ya estaba encima de ella tras un largo salto.
Mi rayo de hielo chocó contra el rayo oscuro que ella alcanzó a formar y un cráter se abrió en la tierra ante la explosión de poder. Fui expulsado hacia arriba y giré en el aire mientras alcanzaba el cielo, segundos antes de caer de nuevo en contra de la gravedad. Desaparecí para transportarme al suelo y rodé varias veces por el impulso antes de lograr detenerme.
Más rayos emergieron de arriba en ese momento, solo que esta vez no fueron invocados por mí y comprendí que Ada o Joham se habían recuperado lo suficiente como para dejar caer su furia sobre las brujas que seguían atacando a nuestros ejércitos. No me detuve a verificar de quién de los dos se trataba, puesto que acababa de identificar a Morwan de nuevo poniéndose de pie a tan solo unos cuantos metros de mí.
El impulso nos había alejado algo de la batalla, así que Morwan miró por encima de su hombro para averiguar si todavía tenían alguna oportunidad de ganar. Al notar su plan de huída, levanté un denso escudo a nuestro alrededor que le impidiera desaparecer.
Ella lo notó, lo supe cuando me fulminó con una mirada llena de odio. Seguramente yo la estaba mirando de la misma manera.
—¿Te vas tan pronto? —Fingí lamentarlo—. ¿Después de que te tomaste tantas molestias para poder entrar en mi hogar? Quédate un rato más, estoy ansioso por matarte.
El cabello de Morwan se alzó por encima de ella, intentando parecer amenazante.
—Ya somos dos, majestad. —Arrugué la nariz al escucharla.
—¿Ha valido la pena? —cuestioné fríamente—. ¿Perder todo lo que tenías por intentar adueñarte de algo que nunca fue tuyo?
—Cuando vives tanto tiempo como yo, un hogar como este hace que valga la pena. Y ustedes, asquerosas hadas, nunca han querido compartirlo con nadie más. Y nunca nos han extendido una invitación a ninguna de nosotras.
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Féryco. Ezra Rey.
FantasyEl rey de las hadas aún no sabe que nunca volverá a ser el mismo una vez que descubra quién está detrás de los asesinatos que amenazan a su reino. ¿Ezra Rey tendrá la fuerza necesaria para proteger a su gente, su familia y a sí mismo? ¿Cuánto tendrá...