«Guerra de cosquillas»Volvimos a Sunforest mucho más tarde de lo planeado.
El funeral de Brisa fue una ceremonia breve pero difícil, sobre todo para su familia. Ada y yo los apoyamos lo mejor posible, pero hubo un momento en que fue muy obvio que lo que ellos necesitaban era privacidad. Se las dimos, prometiendo que muy pronto iríamos a verlos para averiguar cómo lo sobrellevaban.
La reunión que tuvimos después fue la que se alargó más de lo esperado. Arus, Enid, Loan, Loui, Nia, Ada y yo nos juntamos en el salón del trono para ponernos al corriente de los últimos sucesos. Mi reina y yo comenzamos, relatando el rescate de Alen y el encuentro que tuvimos con Medea, incluyendo la confesión que nos hizo: las brujas me querían a mí.
Nia nos puso al tanto a todos de cómo Clío la engatuzó para ponerse el collar. Para nuestra mala suerte, después de eso tiene lagunas mentales y no recuerda la ubicación de las brujas o sus conversación con ellas, aunque está consciente de que Clío la sacó de Féryco sin que nos diéramos cuenta para llevarla a su encuentro y recibir los collares que tendría que ponerle a Frey y Loui.
—Lo siento —se disculpó—. No logro recordar nada importante, ni siquiera el aspecto que tenían...
—Seguro las brujas se encargaron de eso —gruñó Enid, malhumorada.
—Eso quiere decir, ¿que Frey tampoco recordará nada? —intuí.
—Es lo más probable, ¿por qué?
—Curiosidad.
Pero eso era mentira. Esa mañana Frey me dijo que yo era una especie de llave para ellas y la única razón de que yo no hubiera dicho nada sobre eso, era porque no lo entendía y no quería preocupar a los demás en vano. Tenía la esperanza de que en cuanto recuperara la consciencia pudiera explicarme más acerca de ello, esperanza que acababa de irse por el caño.
—Alguien tendrá que vigilar a Frey esta noche —recomendó Arus—. Clío aún podría volver a por él.
—Lo haré yo —se ofreció Loan, antes de que alguien más abriera la boca—. Justo ahora soy el más entero de todos nosotros.
Ada me miró, intentando averiguar mi reacción. Claro que no me encantaba que mi hermano menor se pusiera en esa clase de riesgo, pero que yo se lo prohibiera sería injusto, además, él se negaría a seguir siendo parte de mi corte si yo siquiera me atrevía a avergonzarlo de esa manera.
—No lo harás solo —ordené—. Elige a dos hadas de nuestro ejército y llévalas contigo. Al menor indicio de problemas quiero ser informado inmediatamente. —Loan asintió, obediente, así que me giré para observar a Arus—. Esta noche yo seré quien se encargue de la magia para mantener sus esposas.
—Si así lo quieres —se limitó a responder sin intenciones de discutir.
A partir de ahí comenzamos a dialogar nuestras opciones, las cuales no eran muchas: quedarnos en Féryco de brazos cruzados y esperando el próximo ataque, o hacer expediciones para intentar encontrarlas, aunque la Tierra era tan grande y las brujas tan listas que aquello sonaba como una pérdida de tiempo. Sin mencionar que existía la posibilidad de que ellas se escondieran en otra dimensión.
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Féryco. Ezra Rey.
FantasyEl rey de las hadas aún no sabe que nunca volverá a ser el mismo una vez que descubra quién está detrás de los asesinatos que amenazan a su reino. ¿Ezra Rey tendrá la fuerza necesaria para proteger a su gente, su familia y a sí mismo? ¿Cuánto tendrá...