Gargantilla obligatoria

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No, Shima no podía aguantarse la curiosidad.

De regreso a la academia, se detuvieron en una pequeña cafetería en donde compraron cosas para calentarse. Shiemi estaba en la caja, mirando el menú con clara confusión mientras Izumo le daba una pequeña descripción de cada bebida para que pudiera decidir. Miwa se había retirado al baño antes de cualquier otra cosa. Ryuji esperaba que el trabajador que le atendía terminara de prepararle el café que había pedido mientras Yukio esperaba su turno. Shima y Rin se encontraban fuera del local, ambos con sus vasos de papel en las manos, aguardando por el resto de sus amigos y, además, porque el pelinegro quería un poco de aire libre.

Bebió un poco de su chocolate blanco con zarzamoras, con los ojos cafés de su amigo sobre su persona llenos de interés. Sin decir nada, extendió la mano hasta él para remover lo suficiente la bufanda y dejar a la vista lo que se hallaba debajo. Rin tenía una gargantilla en el cuello.

Una gargantilla era un accesorio importante para los Omegas, y muy común también. El objeto era ancho para poder resguardar la nuca del portador, para evitar que los Alfas pudiesen marcar esta zona ya fuese por un desliz o algún accidente. Las gargantillas podían ser hechas de cualquier tipo de tela, decorado con cualquier tipo de pedrería, patrón, bordado, color, etc. Había de precios económicos y muy elevados también. Claro, todo dependía de gustos.

Shima había visto a Omegas en la calle llevando gargantillas sencillas, llenas de piedras preciosas, de color negro, con picos, cadenas, de colores pasteles. Vaya, había una enorme variedad.

Sin embargo, existía un estilo de gargantilla en particular que se usaba en una ocasión en específico. Un accesorio de estos que fuera de color inmaculado como la nieve, exhibiendo un nudo perenne de color azul en la zona de la nuca, se trataba de una gargantilla de compromiso; era así porque el color blanco representaba la virginidad del Omega en cuestión por no poseer marca alguna mientras que el tono azul representaba la fidelidad y pureza. Como si fuera poco, el nudo perenne se asociaba a la unión eterna, la unión familiar, el amor y a la lealtad.

Todos estos simbolismos dejaban en claro que el Omega que portaba una gargantilla así se encontraba comprometido, ya fuese con un Alfa, Beta u Omega. Era, básicamente, una promesa con la pareja de no ser marcado o marcada por alguien que no fuese ésta.

Usualmente se veía a los Omegas adultos, los que estaban casados o que se dirigían a contraer matrimonio, usándolo. La pareja de los Omegas solían ser quienes se encargaban de comprar estos objetos para obsequiárselos, de manera similar a como se usaría un anillo de compromiso.

Okumura miró fulminante al más alto, a quien se había quitado de encima de manera brusca, y se reacomodó la bufanda alrededor del cuello. Renzo estaba anonadado, sin palabras.

—No digas nada— amenazó el muchacho de ojos azules, apretando el agarre al vaso de papel.

—Okumura-kun— el pelirosado susurró de manera escandalizada, mirando un instante la ventana enorme del local, fijándose en el resto de sus amigos, y volvió a clavar su atención en el pelinegro—. Es una gargantilla de compromiso. ¿Por qué? No puedes ocultarla.

Sorbió con enojo su bebida y se talló la frente con la mano en un gesto de desesperación.

—El estúpido de Lucifer— Rin gruñó, con la mirada perdida.

...

¿Qué era tan jodidamente importante como para mandar a sus guardaespaldas a raptarlos? Rin estaba molesto mientras que Yukio parecía estar, más bien, alerta. No confiaban realmente en sus medios hermanos y sus subordinados no eran tampoco panes de Dios.

Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora