Lo olió, notando los estragos del celo aun emanando de sus poros, de manera tan sutil que no le afectaban en realidad.
—¿Ya? — preguntó Rin plantado frente a las escaleras de la escuela donde se había topado con Ryuji—. Estoy bien.
Profirió un ruido de aceptación bastante forzado y se distanció del más bajo para retomar la marcha hacia el interior del edificio, donde sus amigos seguramente ya se encontraban tras haberse ido y dejarlos solos.
Rin era irregular en todo el sentido de la palabra con respecto a sus ciclos del celo. En promedio, los ciclos de un Omega común se conformaban de entre 28 y 30 días, pero el pelinegro no entraba dentro de ese estándar en lo absoluto. A veces duraban 15 días, otros 50, realmente no seguían un patrón en lo absoluto, sin embargo, los últimos meses había tenido ciclos de 28 y 29 días. Además de eso, durante los tres días que duraba el celo, faltó completamente a sus actividades escolares y extracurriculares, pues le habían dado bastante intensos, no como para ir al hospital, pero si como para no ser controlados en su totalidad con meros supresores. Ryuji estaba claramente preocupado por ello, incluso si el pelinegro le restaba importancia.
—Estaba pensando que, quizás, deberías ir al médico.
Okumura se mostró meditabundo, pasándose la mano por los cabellos que caían desordenados en su rostro y que estorbaban un poco a su vista.
—Sí. Creo que sí. La última vez que fui fue cuando tuve ese problema con el tal Tanaka. Y debería ir cada tres meses cuando mucho. Pero... Lucifer. Sé que los médicos tienen ese pacto de... ¿confidencialidad? — Suguro asintió—. Eso. Pero Lucifer descubre todo lo que quiere cuando quiere. No me siento cómodo con ello, si te soy sincero.
—¿Mephisto no te puede ayudar?
—Quizás. Tal vez pueda esconder que he ido al médico, al menos por unas semanas. Hablaré con él. Supongo que no pierdo nada.
—Si quieres puedo acompañarte.
—Lo pensaré.
Cada uno continuó con sus clases con relativa normalidad. Luego de esa pequeña charla, no volvieron a encontrarse luego de algunas horas y parecía que sería así hasta el final del día.
Su maestro había pedido, a Ryuji, ir a dejar algunas cosas en el cubículo de éste que se hallaba en la sala de maestros mientras continuaban con la hora de estudio personal. Esta hora no era más que tiempo libre para los alumnos para hacer tarea o estudiar para exámenes próximos, así que no había problema si se ausentaba.
Camino por los pasillos y descendió por las escaleras hasta llegar a su destino donde se hallaban algunos maestros encargándose de sus respectivas labores. Dejó todo lo solicitado sobre el escritorio del maestro que le pidió el favor y, tras despedirse, se retiró de vuelta hacia su salón, sin embargo, mientras andaba por el pasillo, del salón donde se hallaban los laboratorios, emergió una muchacha.
La joven cayó al suelo de rodillas luego de trastabillar con sus propios pies y se arrastró hacia la pared adyacente del pasillo con una velocidad tal que Ryuji notó la urgencia de alejarse de algo. Tenía la camisa abierta por completo, por lo que podía ver su sostén de color beige y su abdomen, además de que su falda estaba movida, dejando ver más allá de sus muslos, y le faltaba un zapato. Los ojos de la joven mostraban miedo y angustia, mientras sus mejillas se encontraban encendidas en rojo y su cabello azabache estaba revuelto. Olía sus feromonas de Omega en celo, pero no le hacían reaccionar en lo absolutos, y, además, notó el aroma de Alfas.
Se acercó a ella con rapidez, dispuesto a ayudarla a ponerse de pie, vestirse o lo que fuera. Cuando se encontraba frente a la muchacha, escuchó voces ajenas provenir de los laboratorios y, al darse la vuelta, se topó con dos varones de primer año. Debian medir un par de centímetros menos que él y tenían la ropa fuera de lugar; corbatas desatadas, camisas sin fajar, etc.
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Alfa y Omega
FanfictionAsí como las personalidades de los habitantes del planeta siempre salen de una u otra forma del promedio, los sexos y las condiciones de salud de una persona pueden variar sin necesidad de padecer alguna enfermedad. Un Omega que apenas emite feromon...