Voz

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No era raro ver a Rin y a Yukio discutir, todo lo contrario, pues el par de gemelos siempre peleaban incluso por la cosa más tonta, creando caos alrededor suyo. Teniendo el estrés del festival en su pico más alto y estando más irritables de lo normal, ambos se gritaban sin remedio, peleando en el pasillo donde todos podían oírlos; supuestamente habían salido del aula del menor de ellos para evitar llamar demasiado la atención.

Algunos se asomaban por las puertas, indiscretamente, pensando que no serían notados por el par ante la acalorada conversación, cosa medianamente acertada; Yukio sí los notaba, mirándolos con inmensa curiosidad como si fueran un espectáculo, sin embargo, su hermano mayor era completamente ignorante de esto.

La gente realmente consideraba peculiar el ver tan fastidiado al chico de ojos azules y gafas, ya que siempre se mostraba amable y servicial, pero su hermano lograba sacarle de quicio con una facilidad impresionante; cosa de hermanos, pensaban, pues más de uno peleaba con sus respectivos hermanos y/o hermanas.

—Esto se ve feo— comentó Shima, asomado bajo el umbral de la puerta junto a otros jóvenes de su salón—. Okumura-kun se ve muy molesto.

—¿Cuál de los dos? — preguntó con desinterés Bon mientras ayudaba a Miwa con ciertas cosas para el festival.

—Ambos.

—Creo que le va a explotar una vena a Yukio-kun— una chica dijo.

Muchos continuaron con sus labores, sin querer inmiscuirse en los asuntos de los gemelos porque, a fin de cuentas, no les concernían.

La presidenta de clase, con una libretita en manos, le hablaba al muchacho de perforaciones y al calvito con tranquilidad, sin embargo, el ruido empeoró en el exterior. Las voces de Rin y Yukio se habían elevado a tal grado que seguro las clases en pisos superiores e inferiores serían capaces de oírlos. Cuando pensaron que la situación no podía tornarse aún más escandalosa de lo que ya era, a los oídos de todos llegó, irremediablemente, la severa voz de Alfa dominante del menor de los gemelos. No, no era cualquier voz, era la voz que los Alfas usaban para someter Omegas, ya sea que estos pertenecieran a su familia o no.

Las personas no usaban esta cualidad con frecuencia, puesto que se consideraba un método completamente desesperado y, relativamente, desconsiderado. Ningún Omega presente era capaz de ignorar la voz de un Alfa, sin importar si era hacia su persona a la que se dirigía.

En un acto reflejo, Suguro se aproximó con velocidad hacia la salida del aula, dejando atrás a Miwa y a la presidenta. A pesar de todo, la voz sí afectaba de cierta forma a los Alfas, poniéndolos parcialmente en alerta al saber que un Omega estaba siendo sometido muy cerca de ellos.

Sintiéndose extrañamente impaciente, Ryuji emergió hacia el pasillo y se sorprendió al encontrarse que el mayor de los Okumura no parecía doblegarse ante el deseo de dominación del menor que, a su vez, buscaba mostrar autoridad sobre él. Había pensado que el pelinegro estaría encogido en su sitio, quizás temblando con un deje de pavor, y con mirada asustada, pero el muchacho seguía tan enérgico e irritado como en un principio. Su voz no había amainado y su semblante continuaba expresando disgusto y molestia total, incluso podía decir que se veía más molesto que antes, quizás por ver que su hermano estaba tratando de volverle sumiso a base de esa estúpida voz. ¿Cómo se atrevía Yukio a usar aquello en su contra?

A su lado, Renzo dejó salir una exclamación de asombro por la escena que sus ojos presenciaban. Los Omegas obedecían irremediablemente al Alfa que usaba su voz, pero ahí estaba Rin, enfrentándose a esto como si realmente fuera nada y aquello despertaba respeto, asombro y rechazo en más de uno de los presentes.

Ningún profesor había aparecido, aun, demasiado ocupados con sus propios asuntos. Además, sabían que era imposible meterse en una pelea desarrollándose entre aquellos gemelos. Quizás la única que se atrevía era Shura, pero ella se encontraba en casa enferma de gripe.

Alfa y OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora