Desde muy niña la vida de Juno había sido un infierno, ella no entendía que era lo que la hacia merecedora de tanto dolor, había perdido los únicos rayos de luz que la mantenían a flote, no pensó encontrar nuevamente la seguridad que le habían arreb...
El resto de la semana se basó en entrenamiento del cual saliamos extremadamente exhaustos, Bakugo era muy estricto con ambos, solo nos deteniamos a comer, y casi que no nos dejaba hacerlo apropiadamente.
En el último día, el sol brillaba más que nunca desde hace semanas, la nieve se había derretido un poco así que pudimos entrenar al aire libre.
Durante nuestro descanso para comer, un desesperado Bakugo nos miraba insistente.
- Se tardan demasiado - se quejó - tenia la misma cantidad que ustedes y ya termine.
- Bueno, comes como si no lo hubieras hecho hace años, desesperado.- gire mis ojos, Deku reprimió su risa.
- Por eso darás 10 vueltas a la cancha apenas termines de comer - me regaño.
- Oblígame - me levanté.
- Sabes que puedo hacerlo - me encaró.
- Enfrentame - le sonrei - una batalla tu y yo.
- ¿Piensas que podrías ganarme? - se burló.
- Creo que tiene posibilidades - me apoyo Deku.
- Cállate nerd de mierda - le gritó.
- Te duele la verdad, Kacchan - me burlé.
- Bien, deja la comida, nos enfrentaremos ahora mismo.
- Me parece - di saltitos.
Ambos nos ubicamos frente a frente, Deku seria el árbitro, la sonrisa de triunfo en el rostro de Bakugo ya estaba presente, el estaba seguro de que me ganaría.
- No se maten, ¿sí? Si lo hacen Aizawa sensei me matará a mí - nos dijo nuestro amigo.
- Si, si, como digas - le dijo Bakugo.
- Tranquilo Deku, no tardaré mucho.
El fue el primero en atacar, logré esquivar sus explosiones, ya me había acostumbrado a ellas y les había perdido el miedo, Deku me había dado unos cuantos tips sobre los movimientos de Katsuki así que y ya conocía cada uno de ellos.
Cuando lo esquivé el al instante se giró a contraatacar, y antes de que lo hiciera cree una pared de tierra entre nosotros, sabia que la destruiría, por esa razón mi puño lo esperaba al otro lado, le di directo en la cara, con tanta fuerza que lo mande unos metros lejos de mi.
- Bien jugado, haz mejorado - me sonrio limpiando un poco de sangre que habia salido de su boca.
- Oh, ¿te lastimé? - me acerqué lentamente.
- ¡No bajes la guardia! - recibí el golpe de regreso.
- No volveré a preocuparme por ti - golpee el suelo y aprese sus piernas con tierra, haciendo que cayera.
Camine hacia el, manteniéndome alerta, el se había quedado tendido en el suelo.
- ¿Te rendiste? - me burlé inclinándose un poco hacia el.
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