Soldadito De Hierro

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POV NATALIA



Puto dolor de cabeza.

Puta resaca.

Y puto concierto de heavy metal que tenía montado en mi cabeza.

Volví a gruñir por quinta vez rindiéndome en el intento de volver a quedarme dormida.

No servía para nada aplastarme la cara con la almohada si el sonido del jodido celular se colaba por cada rincón de mi cabeza.

Me restregué los ojos con mis puños tratando de acostumbrarme a la tenue luz que se filtraba por las persianas bajas, arrancándome la primera y probablemente única sonrisa que tendría en todo el día al saber quién era la responsable de que la luz natural no se estuviese metiendo por mis retinas como dagas afiladas dispuesta a acabar con todo a su paso.

¿En qué momento había decidido que meterme semejante borrachera sería buena idea?.

Mis manos y mis pies parecían pegados a las frías sábanas con mil kilos se cemento encima, aún así hice de tripas corazón para levantarme con cuidado de no mover mucho mi cuerpo y que al gilipollas le diera por expulsar lo poco que tenía en mi estómago. Tenía la boca como la suela del zapato y necesitaba con urgencia una gota de agua.

Volví a gemir con pesadez cuando todo pareció dar vueltas a mi alrededor y sostuve el borde de la cama con fuerza para no irme de bruces cuando finalmente logré sentarme.

¿Que mierda había hecho yo ayer?.

Desvíe mi vista hacia la mesita de noche donde se encontraba un vaso de agua y me sobró un segundo para lanzarme hacia el y casi acabarmelo de un solo trago. También había una notita perfectamente doblada por la mitad, una pastilla y el jodido móvil del infierno que seguía sonando.

Decidí primero tomarme la pastilla con el poco de agua que quedaba y luego desdoble la nota reconociendo su perfecta letra decorar la hoja en blanco.

¡Buenos días, cabeza resacosa!

Creo que te debía una carta romántica para hacerte sonreír como la idiota adorable que eres.

Citó las palabras que yo misma le había dejado a ella en una carta hacía un tiempo atrás.

Es mucho mejor esto en lugar de dejarte mil mensajes de despedida y martillarte más la cabeza como se que la debes de tener en este momento, aún así, lo siento por no estar contigo dándote mimitos acurrucadas hasta que se te pase la resaca pero ya sabes que tenía que salir temprano con Món y no se muy bien a qué hora estaré allí contigo de nuevo pero que sepas que desde aquí te estoy mandando toda mi fuerza mental para que no te de mucha lata esa resaca.

Te quiero, mi amor.

PD: tomate la pastilla que te deje.

PD2: si vas a salir, tus llaves del apartamento están dentro de la chaqueta que quedo dentro del auto.

PD3: enviame un mensaje para saber que no estás muerta.

PD4: TE QUIERO.

Albi.

Releí la carta un par de veces más con cara de lela encoñada sintiendo como los efectos secundarios de beber una gran cantidad de alcohol pasaban a un segundo plano y el golpeteo constante de mi corazón pasaban a dominar todos mis sentidos.

Es que es perfecta, joder.

Alargue el brazo con pesadez hasta tomar el móvil y pasar de largo de la gran cantidad de chats sin leer.

cuidare de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora