Contigo Se Me Pasan Todos Los Males

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POV NATALIA






El viaje a Santa Pola fue agradable, las risas, las anécdotas y las historias triunfaron en el ambiente del auto. Aunque he de admitir que el viaje duró más de lo que había esperado ya que Miguel Ángel hizo unas cincuenta paradas para que "mis músculos no sintieran fatiga ni exceso de dolor" y aunque trate de resistirme una y otra vez la familia Martínez Reche eran unos cabezotas por naturaleza y contra ellos no había ningún tipo de poder humano que pudiese ganarles, y aquella preocupación incrementó cuando lo único que hice fue vomitar en cada parada que hacíamos.

Cuando finalmente llegamos, Alba, Marina y Miguel Ángel decidieron cambiarse para pasar un rato en la piscina mientras que yo opté por ayudarle a preparar la cena a la Rafi, cena que se preparó entre risas y bailes para pasar el rato mientras escuchábamos de fondo un pequeño altavoz que estaba instalando en una de las esquina de la cocina.

La Rafi se inventaba una pequeña coreografía ridícula y yo tenía que imitarla para luego cambiar de roles y finalmente quien ganaba era quien más ridículo había bailado y así básicamente paso la tarde hasta estar lista la cena.

—¡Chicos bajad que la cena está lista! — grito la mujer mientras preparabamos la mesa.

Unos fuertes ruidos se escucharon en la segunda planta seguidos por unas carcajadas que poco a poco se iban haciendo más nítidas hasta que la puerta fue abierta de golpe y una Alba agitada, con el pelo revuelto y gotas de agua chorreando por todo su cuerpo, entro levantando sus manos triunfalmente.

—¡Te gané! — su sonrisa estaba por desbordar de su cara, empezó a dar pequeños saltitos como baile de victoria y señalo a una Marina que entraba segundos después por la misma puerta y con el mismo aspecto solo que está tenía cara de culo en su lugar.

—¡Fue trampa! ¡Empujaste a papá contra mi para desestabilizarme! Yo iba ganando! — con cada acusación su sonrisa se hacía un poquito más grande.

— eso es mentira — la chinchó Alba sacando su lengua.

—¡Eso es verdad! — exclamó un apurado Miguel Ángel que entraba con su lengua afuera y coloco sus manos en sus rodillas tratando de recuperar el aliento. — que yo iba de segunda y como tú ibas de última me empujaste contra Marina y nos hiciste caer —

—¡Ves! —

— en la guerra y en el amor todo se vale — se encogió de hombros con superioridad.

— bueno, pero… ¡Yo te gane en aguantar más bajo el agua! — ahora fue Marina la que empezó hacer su baile de la victoria.

—¡Ya te dije que eso no es verdad! ¡Mi padre se puso de tu parte solo porque tú le dijiste que si te dejaba ganar, luego le hacías un masaje! —

— ¡Eso es mentira! — gritaron Marina y Miguel Ángel al unísono.

—¿Podéis dejar de gritar? — pregunto la Rafi sentándose en su silla. — que luego le petan la cabeza a Natalia y le da migraña —

— lo siento — se disculparon los tres.

— bueno, tomad asiento y luego secáis toda esta agua — señalo los charcos que dejaban a su paso las otras tres personas.

Tomaron sus respectivos asientos y empezaron a devorar la comida con pequeños ruiditos de satisfacción. Mire el plato frente a mi y con cuidado pinche con el tenedor un poco de ensala pero justo cuando está entre en contacto con mis labios, las náuseas se apoderaron de mi cuerpo y me levanté de inmediato.

cuidare de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora