Me Están Siguiendo

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—¿Cómo que no hay huellas? — me gire hacia Marilia bajo la atenta mirada de Pablo y María.

— No Nati, solo encontré las tuyas y las de Alba —

—¿Y la letra? ¿Que hay de la letra? —

Se subió sus gafas y miro nuevamente la pantalla de su computadora.

— la tipografía no es de una persona, es artificial — nego con la cabeza girando su vista nuevamente hacia mi. — la letra es tipografía informática, quizás la calcaron o lo habrán hecho a mano alzada pero simplemente es una copia exacta de una fuente informática —

—¡Mierda! — me frote la frente tratando de pensar que hacer con esta situación.

La puerta principal sonó anunciando la venida de los otros chicos y Pablo bajo de la segunda planta dónde generalmente teníamos nuestros encuentros, para recibirlos.

— que cabrón… —

— pero si quedasteis muy monos… — Una carcajada estalló a lo lejos y poco a poco el volumen fue aumentado.

— calla tíos, que como os escuché les arranca la cabeza — advirtió Pablo casi llegando a la puerta.

—¿Por qué? —

— tiene un humor de perros que… — la frase quedo colgado por qué al mismo tiempo abrió la puerta y todos los ojos se dirigieron hacia mi.

—¿Que? ¿Necesitan que os invite a un café para que puedan pasar? — levante mis cejas hacia ellos que inmediatamente caminaron hacia el interior.

— mira si estás así por lo que vistes en el periódico. Tengo que decirte que Alba y yo... —

—¿Que periódico?¿De que estás hablando? —

—¿No has visto el periódico? — pregunto Damion confundido.

Negué y el se llevó una mano a la cabeza maldiciendo entre dientes.

— que puta cagada… — le susurró Sam dándole una palmadita en la espalda.

—¿Que?… — pregunté en su dirección.

—¿Que? — replicó de inmediato haciéndose el tonto y ganando unas risitas bajas del resto de espectadores.

En otras circunstancias puede que me hubiese hecho gracias, pero no, ahora no, y menos viniendo de el.

— que graciosillo —

—¿Te pasa algo conmigo morena?¿Tienes algún problema? — me miró con duda.

— si — respondí de inmediato.

— bueno… este no es el momento de discutir entre nosotros… —

— ¿Que tal si me lo cuentas? — pregunto Sam ignorando los intentos de María por cambiar el rumbo de la conversación. — dímelo para saber por qué estás tan enfadada —

— ¿Me puedes decir por qué coño entraron al apartamento de Alba? —

— ¿Entraron al apartam… ?— su cara cambio completamente.

— si, y tú eres el encargado de la seguridad, joder, pensé que estabais lo suficientemente capacitados para saber quién coño baja y quién sube —

—¿Pero en qué momen…? —

— pues eso mismo te lo iba a preguntar a ti, Pero al parecer tampoco tienes ni puta idea. Ahora dime, ¿Crees que no tengo motivos para estar cabreada? Porque si me pides mi opinión creo que le estoy pagando mucha pasta a alguien que no puede hacer su puto trabajo, por muy sencillo que sea —

cuidare de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora