cuidare de ti

Fase Uno

Damion miro por enésima vez a la rubia por el rabillo del ojo tratando de disimular su preocupación fingiendo concentración en su móvil mientras Alba se terminaba su margarita con la vista fija clavada en algún punto de la mesa.

Si, escucharon bien, su margarita, pues después de un par de cervezas se aburrió de no sentir el sabor ardiente del alcohol bajando por su garganta.

El chico se removió en su silla por quinta vez, dejando a un lado su móvil y bebiendo un trago de su cerveza mientras reunía de forma correcta las palabras en su mente para sacar un buen tema de conversación en el que Alba estuviese interesada de participar y así, sacarla del mundo de su mente dónde claramente se veía, que no era muy agradable.

-¿Sabes de qué me acordé? - le regaló una de sus sonrisas más bonitas ganando la atención de la rubia que frunció el ceño confundida. - cuando estaba pequeño mi madre siempre me decía que como perdiera una materia en el cole, me mandaba a otro país con mi padre, lejos de mis amigos, de mi vida y que me olvidara de ella -

La rubia siguió atenta a sus palabras a pesar de estar aún más confundida y espero a que su amigo le diera un trago a su cerveza para continuar.

- un día paso. Siempre hay una primera vez para todo - se encogió de hombros felicitándose internamente por ganar la atenta mirada de Alba. - la profesora siempre nos informaba unos días antes para que nosotros pasáramos el mensaje a nuestras casas. Era un crio y estaba muy asustado por la reacción de mi madre y que al final cumpliera con su palabra así que decidí no contarle nada hasta el día de la reunión...-

Se quedó un segundo en silencio cuando los recuerdos le inundaron su mente y lo hicieron sonreír, prometiéndose internamente que tendría que ir a visitarla pronto.

-¿Te dió una hostia delante todo el colegio? - pregunto la rubia curiosa por la continuación.

- me dió una hostia en la casa, pero no por haber perdido la materia sino por no contarle nada. Dolió, dolió muchísimo pero nada de ese dolor fue comparable con el sufrimiento y la angustia que sentía todas las noches antes de acostarme imaginándome todos los escenarios que habría cuando mi mamá se enterara, y al final, resultó siendo el mejor escenario, con una hostia claro, pero seguí con ella y me ayudó a recuperar la materia -

-¿Quieres...decirme algo con esto? - elevó una ceja queriendo saber el verdadero significado de aquellas palabras ya que estaba segura de que había algo más.

Damion no era de los que les gustaba compartir historias, no le gustaba tener toda la atención para el por un largo tiempo, a no ser de que aquellas palabras vinieran acompañadas de un significado profundo.

- no se, quizá con aquello aprendí a no hacer todo un mundo lo que pasa por mi cabeza, a no ponerme en las peores situaciones y sobretodo aprendí a no guárdarme toda la mierda que llevo por dentro - bebió nuevamente de su cerveza y Alba siguió su ejemplo apurando todo el líquido de su margarita. - pienso que si le hubiese dicho a mi madre todo el primer día, me hubiese ahorrado todas las noche de desvelo y tormento. Y quizás eso es lo que tú necesitas - la miro a los ojos. - quizás debas compartir toda la mierda que tienes en la cabeza para que las personas que te quieren te ayuden a solucionar eso, para que te ayuden a llevar todo el peso que llevas es tus hombros, y tú, poder superar...-

-¿Superar? - lo interrumpió con una sonrisa triste. - llevo tratando de superarla desde el primero jodido minuto y lo único que hace mi corazón o lo que sea que tengo en su lugar es...esperar a que vuelva, sigo buscándola en cada rostro y sonrisa que veo por la calle, sigo guardando la esperanza de escuchar sus llaves abrir la puerta, de escuchar sus pasos por el pasillo, de sentir el colchón calentito por las mañanas y ver su sonrisa brillante acompañada de un, bueno días - su voz se quebró en la última frase y Damion se apresuró a sostener su mano sobre la mesa repartiendo suaves caricias.