¿Creés Que Te Convencí?

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POV ALBA









Mi estancia en mi apartamento no duró mucho. Solo me duche, me puse ropa cómoda, un poco de maquillaje y me tome un café con leche sin lactosa al salir sin ni siquiera esperar a mis padres.

Luego ya llegarían

Llamé a nuestros amigos informándoles lo sucedido y rápidamente volví a la habitación. Mini ya había avisado a Santi sobre la situación de su hermana y probablemente el chico ya estaba por llegar. 

Empujé suavemente la puerta encontrándome a una Natalia medio sentada en la cama, su espalda estaba apoyada en el respaldo, sus cejas fruncidas que custodiaban unos ojos desorbitados fijos en un punto de la pared blanca frente a ella, su mandíbula estaba apretada, tenía una mano sobre la gasa de su cuello mientras la otra estaba encerrada en un puño donde la punta de sus dedos se estaban empezando a tornar blancos. No tuve que ser Einstein para saber que estaba perdida en sus pensamientos recordando los acontecimientos que la llevaron hasta donde estaba ahora.

— ey… — susurré suavemente para no asustarla. —¿Todo bien por aquí? — termine de entrar completamente en la habitación cerrando la puerta a mi espalda.

Una pequeña sonrisa dulce adorno su cara borrando por completo sus gestos anteriores.

— Ahora que estás tú, todo está mucho mejor —

— anda, zalamera — rodé los ojos acercándome más a ella.

Estiro una mano que no dude en envolver en las mías y dejé un pequeño beso en sus nudillos.

— estás hermosa — piropeó dándome un repaso nada disimulado.

— tu también —

—¡Que mentirosa Reche! No te tenía yo por mentirosa eh — entrecerró los ojos. — si en éstos momentos parezco como si me hubiese pasado un camión por encima —

—¿Cuando te vas a enterar de que tú en todas las formas y conceptos siempre vas a estar guapa? —

— eso lo dices solo porque es tu labor —

—¿Mi labor? — arqueé mis cejas.

— si, ya sabes, eso de ser una mejor amiga de alguien implica decir una pequeña mentirilla piadosa para subir el ánimo —

— ya… — baje mi vista hacia nuestros dedos entrelazados. Eso de "mejor amiga" me había sentado como una patada en el estómago, pero realmente no entendía porque, era la verdad y nunca me había molestado cuando nos referimos así una a la otra.

Eso es porque quieres un poco más.

Ya, pero no la puedes agobiar diciéndole siempre lo mismo.

Bueno pero...

— ey… — tiro un poco de nuestras manos acercándome más a ella. —¿Que pasa? ¿He dicho algo malo? —

— no, solo…solo me distraje con algo sin importancia —

—¿Sabes que es lo bueno de estar a tu lado todos estos años?, Que se perfectamente cuando me estás mintiendo y precisamente ahora lo estás haciendo. Tu nariz adorable de bebé se está arrugando, estás jugando con tus dedos y me estás esquivando la mirada. Así que, ¿puedes decirme la verdad ahora o tengo que adivinar? —

— nada… yo solo… —

— hablame albi… — levanto su mano hasta mi nuca y empezó a juguetear con los pelitos bebés que estaban creciendo, se inclino un poco hacia adelante suspirando cerca de mis labios y pego su frente a la mía mirándome directo a los ojos. — si no me hablas no voy a saber lo que está pasando en esa linda cabecita tuya… — susurró y su aliento caliente choco contra mis labios haciéndome erizar el más pequeño vello de mi cuerpo.

cuidare de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora