Plan Perfecto

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— ¡Señoritas! — un hombre de unos cuarenta años se acercó muy sonriente hacia la mesa y por la cara de Reina ese hombre era el mismísimo Manuel Guix.

Tengo que admitir que no era para nada como me lo espere, me imaginaba un hombre igual que sus otros socios: con cara de depravado y una sonrisita de superioridad o su típico aspecto dominante y arrogante. Pero me equivoqué, aquel hombre con su alegría y su sonrisa tranquilizadora sin ni siquiera darse cuenta, me invadió de inmediato.

Se acercó a darle dos besos a Reina, seguido de cumplidos hacia su belleza y luego repitió el mismo gesto conmigo.

— señorita Lacunza, es un placer conocerte por fin —

— el placer es todo mío, señor Guix —

— por favor, llámame Manu. Que estamos en confianza chica —

Le eche una leve mirada a Reina y ella asintió casi imperceptible. Tampoco quería cagarla con uno de sus más grande socios, aunque ella me había dejado muy claro antes de que el hombre apareciera, que hiciese lo quisiera que a él no le iba a importar.

— ¿Ya ordenaron la cena? —

— no, te estábamos esperando Manu — contesto Reina con una sonrisa.

En la siguiente hora la mesa se llenó de conversaciones amenas que acompañaron una exquisita cena.

Conocí que aquel hombre tenía dos hijos y estaba felizmente casado, sin duda, eran unos datos muy personales e importantes pero él no le dió relevancia aquello, supongo que se sentía muy en confianza con Reina y todo lo que abarcaba aquella mujer y eso me incluía.

— lo siento nuevamente por la tardía cancelación del día de ayer. Tuve un gran problema… bueno tengo un gran problema y mi cabeza está echa un lío buscando una solución —

—¿Todo en orden? — pregunto Reina preocupada.

— ¿Te acuerdas que te hable de un gran negocio que podría conseguir aquí en Estados Unidos? — se recostó en el respaldo de la silla intercalando su mirada entre Reina y yo que le mirábamos con toda nuestra atención. — bueno… ese negocio es con el mismísimo señor Smith — Yo no sabía quién carajos era Smith pero por la cara de Reina supuse que alguien muy importante.

— pero eso es buenísimo ¿No? —

— es bueno dónde yo fuese el único interesado en ese negocio —

— ¿Hay alguien más? —

— si, un cabronazo que vendería a su mismísima madre si fuese necesario —

—¿Y que dice Smith? —

— aún no quiere decidir, dice que no va a elegir hasta estar seguro, que, quien trabaje con el tenga su absoluta confianza —

— aún no entiendo cuál es el problema, si es por quién le brinde más confianza te escogerá a ti seguro — lo ánimo Reina, pero el solo negó con una sonrisa.

— no lo creo — se inclino hacia adelante clavando su dedo índice en la mesa. — el otro hijo de puta está jugando sucio. Quiere poner a Smith en mi contra invéntandole mierda de mi, que ni siquiera yo sabía que había hecho. Hace lo que sea por conseguir lo que quiere y por lo que me dijieron ayer, ya lo consiguió, parece que van a cerrar el trato la semana que viene —

—¿Y que piensas hacer? Es una gran oportunidad, podrás transportar todo tu hachís y coca por toda américa ¿No dejarás que gane de manera sucia?  —

cuidare de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora