Fase Dos

883 70 5
                                    







POV ALBA




- dime por favor que no he hecho nada más - rogué entre gemidos lastimeros mientras arrastraba mis pies por la fría madera de mi apartamento.

- que no Alba, ya te lo he dicho - aunque no lo podía ver, sabía perfectamente que después de decir aquello rodó sus ojos. - bebiste mucho y aunque intente detenerte, no quisiste parar - volvió a relatar la historia. - el dueño del bar te reconoció y daba la casualidad de que anoche era micro abierto y tú no dudaste en cantar un par de canciones… -

Gruñi mandando una mano a mi cabeza como un intento inútil de detener un poco el dolor.

¿En que momento había perdido tanto el control de mi cuerpo como para no recordar absolutamente nada de la noche pasada?.

Tenía lagunas borrosas pero definitivamente no sabía en qué momento me había subido a cantar y ahora todas las redes sociales no hacían más que vibrar para mostrarme una cantidad de vídeos en los que estaba siendo mencionada. 

- ya, tío, pero ¿Rata de dos patas? En qué momento -

Por los vídeos que había visto en redes, solo había cantado tres canciones pero no sé cuál de ellas fue peor. 

La primera fue Lost On You, Y aunque me encantaba esa canción no sabía de dónde había sacado las fuerzas para poder cantarla en público. El alcohol supongo, aunque lo que no logro ocultar el alcohol fue el temblor en cada nota. 

La segunda cambio radicalmente a Rata de dos patas y con ello también cambio el temblor de mi voz siendo reemplazado por una fuerza y una rabia que no recordaba muy bien si sentía en ese momento, escupiendo con furia cada una de las sílabas. 

Y la tercera, como para equilibrar un poco fue, Sargento De Hierro, y en la que, al parecer, peor supe gestionar mis emociones. Los flashes de las cámaras se reflejaban perfectamente en mis ojos gracias a la acumulación de lágrimas y el temblor en mi voz daba a entender lo cerca que estaba por derrumbarme allí, en mitad de todos y de todo. 

Dios, se me había ido completamente la pinza.

Suerte que hoy no tenía ninguna entrevista porque estaba segurísima que ese era el único tema de conversación que hubiesen encontrado. 

- ya, no se en que coño estabas pensando; o si que lo sé, pero bueno… Agradece que no la cagaste del todo porque por poco, creeme, por poco y cantas el single nuevo -

-¿Cómo fue que no lo hice?, No me acuerdo de nada, tío - bufe pasando mi mano libre por toda mi cara un par de veces con frustración. 

- pues te tuve que bajar a la fuerza y dónde no fuese por mis amigos que llame para que me ayudarán a no dejar pasar más gente por la puerta del bar, pues no hubiese sido capaz contigo yo solo ni de coña -

- lo siento, baby, ¿Te la líe mucho? -

serví el café humeante recién hecho y luego le añadí un poco de leche sin lactosa, esperando con todas mis fuerzas que eso fuese suficiente para que mi alma volviese a mi cuerpo y poder volver a ser persona de nuevo. 

- igual un poco si, eh. Potaste todo el auto de mi amigo - el tono divertido de su voz me tranquilizó un poco y frene, a tiempo, la avalancha de palabras en forma de disculpa que iba a soltar por mi boca. 

- lo siento - me límite a decir, segura de que con las mil disculpas en las anteriores dos llamadas sobre el mismo tema habían sido más que suficientes. 

cuidare de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora