Quizá, Ya No Estaría Aquí

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POV ALBA



128… 129… 130…  mierda, mis pies ya me dolían de tanto caminar en círculos por toda la habitación.

Bufé, tome el móvil y volví a llamar.

Apagado. Apagado. Apagado.

—¡MINI! —

Llame fuerte sin pararme a pensar que quizás podría despertar a mis padres, pero teniendo en cuenta que solo se podían despertar si les ponía un puto parlante en los oídos, decidí ignorar aquello.

—¡MINI! — seguí con mis pasos apresurados.

140… 141… 142…

—¡¿Que?! ¿Que? — una desorientada y apurada Marina entro a toda hostia empujando fuertemente la puerta haciendo que la madera golpeara contar la pared y por inercia volviera hacia ella causando que impactara de lleno en su cara. — Auch — llevo sus manos hasta su rostro y lo frotó tratando de calmar el dolor.

— eres idiota — la mire con las manos en mi cintura.

— iris idiiti... ¿Que quieres? Espero que sea algo importante porque me has despertado de un sueño que … —

— no me ha llamado y tampoco contesta mis llamadas —

Seguí caminando. 152… 153… 154…

—¿Quién? — sus hombros cayeron con desgana al conocer la causa por la que la había despertado y sacado del mundo de los sueños.

—¿Quién más mini? Natalia, que no me contesta —

—¿Otra vez lo mismo? Mira que la otra vez estabas igual y resuelta que la Nat estaba un poco ocupada —

— no Marina, está vez si pasa algo. Siempre nos damos las buenas noches y está vez… está vez — trague saliva, bajé mi cabeza con un leve pucherito y empecé a juguetear con mis dedos.

El bicho que tenía por hermana simplemente bostezo y se tiró sobre la cama, como si no fuese importante lo que le estaba contando. Era muy importante…

Demasiado importante.

Pero una pequeña parte de mi la comprendía, la situación se estaba volviendo a repetir y la primera vez simplemente fue un nerviosismo torpe por mi parte que solo la preocupó, la puso de los nervios para finalmente terminar descubriendo que Natalia simplemente estaba ocupada.

Dió un bote en la cama y salió rápidamente por la puerta.

¿Ahora que coño le pasa?

No tardó mucho en regresar y cuando lo hizo me lanzó el móvil al vuelo sin molestarse en avisar antes, el teléfono voló por los aires unas tres veces dónde paso de una mano a otra hasta que por fin lo logré alcanzar entre mis dedos.

— llámala del mío — se volvió a lanzar quedando al borde de la cama. — quizá el tuyo tiene algún problema y no le salen llamadas —

Ok... O yo era muy torpe o Marina tenía una inteligencia sobrenatural al "encontrar" una posible solución acabada de levantar. ¡Yo tenía que esperar por lo menos media hora y una taza de café para que mi cerebro empezará a funcionar!

Agite mi cabeza levantando el móvil, no tenía tiempo para ponerme a pensar en por qué Marina estaba sirviendo para algo en estos momentos, o quizá yo era la que no servía para nada, bueno, tal vez la angustia por saber que le pasaba a Nat no me estaba dejando pensar como lo hacía normalmente.

cuidare de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora