Sweet Boy

Capítulo 18

CAPITULO 18: Pasión adolescente.

Aleisha.

En los años que llevo en este mundo he hecho cosas locas, me he escapado un sinfín de veces de la escuela, he manipulado a mis padres y a todo el que he querido, pero esto sin duda es una pasada, he visto y me ha visto desnuda al chico que es como mi hermano, y no solo eso, todo lo que hacíamos hace unos minutos. Sonrío satisfecha mientras lo veo dar vueltas nervioso por su habitación, no estoy para nada arrepentida ni nada por el estilo, nos divertíamos, eso hacen los chicos de nuestra edad, si lo pienso bien tal vez ambos nos hemos reprimido demasiado, a los diecisiete años algunos chicos y chicas han tenido sexo ya muchas veces.

—Vas a marearme—hablo mientras me pongo de pie aun desnuda, siento que mi piel arde y estoy ansiosa de más— Volvamos a la cama—pido mientras tomo su rostro entre mis manos y dejo un casto beso en sus labios, rápidamente se separa y toma algo ropa antes de meterse al baño, mentiría si digo que no esperaba que se pusiera así, estamos hablando de Hardin Petrov, la voz de la conciencia andante, me sorprende que haya llegado tan lejos.

Tomo mi ropa y me empiezo a vestir cuando de momento recuerdo que tengo novio, me debe servir de algo, aprovechare para pedirle que venga a mi casa. Sin decirle nada a mi querido mejor amigo me salgo de su habitación, bajo las escaleras y atravieso la sala donde se encuentra Gemma, con su ropa de ballet y su bolso esperando a su hermano.

—Aleisha— me sonríe en cuanto me ve y se lanza sobre mí llevándome con ella al suelo.

—Hey, sanguijuela— me quejo—estás muy pesada.

—No sabía que estabas en casa—se incorpora riendo y hago lo mismo sentándonos en el suelo— ¿Que hacían tú y mi hermano? Nunca me invitan cuando hacen algo— gruñe cruzando sus brazos sobre su pecho, suelto una carcajada y ella me mira con curiosidad.

—Seguro no querrás hacer lo que hacíamos Hardin y yo, era súper aburrido— frunce los ojos y me mira fijamente con esos ojos idénticos a los de su hermano, contrastando con su cabello negro azabache, todos los miembros de esta familia tienen el cabello muy oscuro, a diferencia de la mía. Está apunto de hablar cuando en eso aparece Hardin bajando las escaleras, se pone de pie ansiosa y busca su bolso.

— ¿Estas lista? — pregunta el pelinegro luciendo un poco incómodo.

— ¿Para ser la mejor de mi clase de ballet? Si— responde la pequeña rápido y no puedo evitar reír, esta niña será peor que yo.

—Bueno, yo me iré a mi casa— me levanto del suelo y sacudo mi vestido— Nos vemos mañana, Hardin— le guiño un ojo a mi querido amigo y este no reacciona, imagino las miles de cosas que pasan por su cabeza justo ahora, sé que está arrepentido, pero también sé que muy pronto terminaremos lo que empezamos.

—Me sorprendí cuando me dijiste que querías que viniera a tu casa— dice mi novio mientras entra detallando mi habitación, es la primera vez que le permito subir aquí, aproveche que mamá y papá salieron para hacer travesuras— Pensé que no te gustaba estar a solas conmigo—habla cuando ve que cierro la puerta con seguro, varias veces Kevin me invitado a su casa o a estar solos en algún sitio y me niego, no sé porque nunca había querido divertirme un poco con él, es muy guapo y está a mi completa disposición.

—Estas de suerte hoy— me acerco hasta el subiéndome a horcajadas, toma mi rostro con ansiedad antes de impactar sus labios con los míos, me besa con desesperación mientras baja sus manos por mis brazos, los lleva hasta mi espalda descendiendo hasta mi trasero apretándolo con fuerza mientras me restriega con su duro miembro, un jadeo se me escapa al sentirlo así, se siente muy duro, pero ni puedo evitar pensar que el de Hardincito se sentía peor.