Capítulo 42

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En multimedia: Dos almas- Kevin Kaarl

CAPITULO 42: Un balde de agua fría.

Aleisha.

Mi cuerpo se siente relajado cuando me doy la vuelta en la cama, no sé qué tan cómodo sea el colchón, las almohadas o las sabanas, pero yo me siento en las nubes. Todo el mal sabor que había dejado Kevin en mi cuerpo desapareció con una sola noche. Sonrío extendiendo mi brazo buscando sentir su contacto, pero abro los ojos cuando no lo siento.

Escaneo la habitación con la mirada y no lo veo, me envuelvo en las sabanas poniéndome de pie mientras que camino al baño, tampoco esta, se ha ido... pero la verdad es que no me sorprende, y lo entiendo, han pasado muchas cosas, y ambos tenemos mucho que pensar. No quiero caer en lo mismo de antes, quiero que las cosas sean diferentes, quererlo sin secretos ni lastimar a nadie de por medio. Lo que pasó anoche me da esperanzas, la forma en la que me miraba, como me tocaba, no tengo dudas de los sentimientos de Hardin hacia mí, y lo más importante es que también tengo claro lo que siento yo por él.

Veo mi vestido junto a mi ropa interior, zapato y bolso perfectamente acomodado en el sofá de la habitación, sonrío, Hardin es demasiado... Hardin.

Regreso al baño dándome una corta ducha antes de vestirme, me acomodo el cabello como puedo mientras que tecleo un mensaje a mis padres informando que estoy bien y que me quede con Caroline. En eso mi teléfono vibra en el bolso y me apresuro a tomarlo pensando que se trata de Hardin, pero no, es Kevin y ahora que lo pienso debe estar muriéndose del enojo. Anoche lo deje como payaso cuando nos iban a nombrar "rey y reina" meses atrás eso me hubiese importado, pero anoche mientras veía a Hardin irse a los sanitarios, nada me importo, había sentido la necesidad de sentirlo, tocarlo, besarlo, desde que lo vi. No me importo Kevin, la fiesta, Melody, nadie más que no fuese él y yo.

El celular sigue sonando y fastidiada lo tomo viendo la llamada entrante del idiota que me tiene harta.

—¿No está muy temprano para joder? — es lo primero que digo en cuanto contesto.

—¿Le gustó? — pregunta arrastrando las palabras, cosa que me indica que esta ebrio o drogado, ya no lo sé.

—¿De qué hablas?

—No te hagas la tonta, eres una maldita zorra, Aleisha.

—Dime algo que no sepa y ya, y no sé de qué demonios estás hablando.

—Espero que le haya gustado el video a tu amorcito— habla y caigo fría sobre el colchón— Y si no estas en mi casa ahora mismo, estaremos dando un espectáculo en las redes sociales, no me va a importar si tu o tus padres me demandan con tal de humillarte como lo hiciste tu conmigo anoche.

Cuelga furioso sin decir más nada, y yo solo puedo maldecir el día en que nací, estampo el teléfono escuchando como cruje con el golpe, lo odio, lo odio y me odio a mí por ser una tonta. Se supone que tenía todo contralo con ese idiota, sabía que se molestaría por lo de anoche, pero no pensé que... joder soy una estúpida. Me pongo de pie desesperada y recojo el celular que tiene la pantalla destrozada pero no me importa.

Quisiera correr a casa de Hardin, ni siquiera sé lo que le diré, o que es lo que espera que le diga, me da vergüenza de mí misma, él no debió ver eso, no debió verme así. Y lo peor de todo es que no puedo irme ya mismo hacia allá, no puedo arriesgarme a que suba el video y que lo vayan a ver mis padres, mamá es muy activa en redes sociales y... no, no puedo permitir que me vean así. Me duele no poder ir con Hardin ya mismo, pero eso tendrá que esperar, primero debo resolver esta porquería.

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