CAPITULO 61: Navidad.
Hardin.
El frio de Irlanda nos golpea en cuanto aterrizamos en la zona área de la academia, Tye viene a mi lado abrazándose así mismo. El frio es horrible aquí, pero debería decir que lo extrañaba después de tantos meses de calor. Diez meses en Afganistán, cuatro en Siria, un mes al sur de Yemen, seis al norte del mismo país, y diez meses en Irak. Dos años y siete meses en la guerra donde puedo decir que vive de todo, vi las cosas mas horrorosas que una persona puede ver. No se lo que es dormir bien, no se lo que es sentirse tranquilo, no se lo que es comer bien. Hay gritos que no salen de mi cabeza, y el olor a la sangre esta impregnado en mi nariz, aun cuando no hay ningún herido cerca. Después de lo que paso en Yemen, pensé que volveríamos a casa, pero no, los conflictos estaban con mas intensidad que nunca, y mucha gente nos necesitaba, la misión que dudaría diez meses, se extendió a treinta y uno y debo decir que en más de una ocasión quise desertar, pero eso era algo que no me podía permitir, y menos después de lo que le paso a...
—Soldados—la voz de Sullivan resuena giro la cabeza mirándolo con atención al igual que los demás de mi grupo— Debo decir que estoy muy orgulloso de ustedes, el trabajo que hicieron fue sin duda excepcional, todos tienen su primera estrella como soldados rasos— mis compañeros sonríen, y aunque yo también quisiera hacerlo, no puedo, la secretaria del capitán aparece con una almohadilla con las medallas sobre ella y se acerca colocándola en nuestras camisetas—Petrov, Sloan y Spencer, tienen una segunda medalla que los asciende a sargentos— mi amigo me palmea el hombro y la mujer se nos acerca otra vez colocándonos la segunda medalla—Después de navidad, haremos una ceremonia en honor a los soldados caídos— el silencio se vuelve hacer presente y todos solo asienten cabizbajos—Ahora pueden abordar la avioneta que los llevara a su destino.
—¡Si mi capitán! — se rompe la fila y todos se disipan, yo me quedo parado en el mismo lugar, el pecho me empieza a doler y mis pies no se quieren despegar del suelo, mis ojos miran la avioneta con destino a Londres, éramos diez ingleses y ahora solo somos ocho.
—Hardin, tienes que subir—Tye tampoco se ha movido desde que nos indicaron que podíamos partir.
—Tu también— le señalo la avioneta con que va a la central de Escocia.
—Esto también me afecta mucho a mi— pone su mano en mi hombro— Ella también era mi amiga, pero ya pasaron varios, debes superar eso y avanzar, sabíamos que esto podía pasar en cuanto decidimos estar aquí, y nosotros tenemos suerte de haber sobrevivido, más que nadie debemos valorar eso— me le quedo mirando unos segundos, son tantas cosas que me atormentan, tantos llantos, tanto dolor, tanto sufrimiento.
—Feliz navidad, Tye— le digo a mi amigo moviéndome de su lado y caminando hacia la avioneta que abordo enseguida, él tiene razón, pero aun me duele recordar lo que le paso, y aun me duele el hecho de que ella no este abordando esta avioneta conmigo para ver a su familia. Ella no tenia nada que ver con esa estúpida guerra, y ahora ya no está.
Me acomodo en uno de los asientos, ni siquiera pase por mis cosas, no tengo ganas de nada mas que no sea largarme a mi hogar. La muerte de Melody es algo que aun me duele, pero que poco a poco he tratado de superar, pero es que no solo es su muerte, aun tengo los rostros de esos niños grabadas en mi mente, el llanto de esas madres, los hombres que murieron, son demasiadas cosas que inundan mi cabeza y que no creo poder superar, cosas con las que tendré que vivir.
Miro las caras de mis compañeros, todos están en silencio, y ahora mismo desearía que Tye esté aquí, hablando sin parar, impidiendo que me quede solo con mis pensamientos.
Debemos volver en enero, aun nos falta tiempo en la academia, y probablemente debamos volver a la guerra, los conflictos no paran, y ellos nos necesitan. Estoy algo perturbado la verdad, pase toda la vida de tener la vida "perfecta" todas las comodidades, a mi familia y ahora que vi la otra cara del mundo, debo decir que no me gustó, pero tampoco es como que quiera darles la espalda. A pesar de que hubo muchas perdidas, hubiesen sido mas si nosotros no estuviésemos ahí, y en vista de que no puedo hacer nada para terminar con esos conflictos de porquería, lo menos que puedo hacer es ayudar a las personas que salen afectadas.
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Sweet Boy
Teen FictionHardin siempre quería hacer lo correcto, era un chico tímido, tierno, dulce... Aleisha jugaba a ser la dueña de todo que a ella la rodeaba, vanidosa, caprichosa, hermosa...creyéndose siempre el centro del universo, en especial del universo de Hardin...