CAPITULO 19: Yo solo soy... Melody.
Melody.
Desde que nací siempre he tenido claro lo que quiero, mamá dice que mi personalidad es contradictoria, pues aunque soy una chica muy tímida, hasta un poco insegura diría, tengo claro lo que quiero. Mi familia cree que tengo un futuro prometedor, menos mi hermano, claro, que se la pasa diciendo que no seré nada en la vida. Lo bueno a él solo a veces le hago caso.
—Melody, ¿Le puedes llevar la merienda junto a las pastillas al señor Smith? — Me dice Lucrecia sacándome de mis pensamientos mientras me tiende la bandeja— Y asegúrate que se las tome.
Asiento tomando las cosas y camino a la habitación indicada. Hace unos días mis padres consiguieron que me permitieran entrar como voluntaria a un asilo, hace un tiempo donaron una suma de dinero importante para la remodelación del lugar y pues en agradecimiento me han permitido venir. No me gusta tener que recurrir a las influencia de mis padres para este tipo de cosas, pero esto es algo que de verdad me hacía mucha ilusión. Se verá bien en mi carta para cuando tenga que presentar mi solicitud al ejército.
Mamá casi se infarta cuando le comente que quería ir al ejército, y es entendible, toda la vida planeo que estudiara en Oxford algo relacionado con negocios, ella estudio negocios internacionales, papá economía, y pues quieren que siga sus pasos en el mundo empresarial, pero en verdad no es lo que me gusta. Ayudar y servir a los demás es lo que realmente me apasiona, por eso decidí que quiero entrar en la escuela militar de medicina, obvio que ellos no están de acuerdo, pues aunque la base central este aquí en Londres, cuando te presentas allá te envían a cualquier país de Reino Unido, donde tienes cero contacto con tu familia, más que por cartas, y eso para ellos es un asco.
Y vuelvo y repito, la entiendo, Greg y yo somos lo único que tienen y mi hermano solo le ha traído disgustos a nuestra familia, el que me vaya será algo duro para ellos. Pero es lo que quiero y aunque no es lo que ella quiera o lo que le guste, me apoyan.
—Hola—sonrío en cuanto llego al cuarto del señor Smith, fue veterinario toda su vida, y desde que llegue aquí me gusta venir y que me cuente sus casos más difíciles con los animalito, aunque la mayoría me dan mucha pena, siempre se aprende algo— Le traje su pudin de chocolate—Sonríe feliz soltando el libro que tenía en sus manos.
—El pudin sabe mejor cuando lo traes tu—acerco la bandeja a su mesita.
—Que coqueto, señor Smith.
—Te he dicho que me digas Daniel.
—Perdón, aun no me acostumbro, Daniel—vuelve a sonreír encantado, y yo de verdad no puedo describir lo bien que me siento al poder hacer esto.
Paso toda la tarde ayudando en lo que puedo, hasta que llega la hora de marcharme, desearía pasar más tiempo aquí, a decir verdad. En casa no tengo nada que hacer, mamá y papá se fue ayer a Alemania por trabajo y aunque todo sería muy rápido, algunos colegas querían disfrutar un poco el país luego del trabajo y se quedaran allá hasta el lunes, en verdad merecen salir y divertirse un poco. En cuanto a mi hermano, como hoy es sábado se la pasara metido en casa con sus amigotes tomando y metidos en la piscina como animales. No me hace mucha ilusión en verdad ir allá.
Salgo del asilo y pienso en pedir un taxi, pero creo que me vendría mejor caminar un rato, el aire fresco me gusta, y me siento muy relajada disfrutando de la caminata. Paso por una tienda y veo mi reflejo en el espejo, mi cabello está completamente desordenado, mi rostro un poco pálido y pues mi cuerpo no en la gran cosa.
Sin poder evitarlo, pienso en Hardin, aunque él es un buen chico, no le llamaría la atención una chica como yo, y más en un colegio donde todas las chicas parecen modelos, principalmente su mejor amiga, Aleisha. Esa chica es realmente hermosa, pero ¡Dios! Su personalidad es horrible. Todavía recuerdo lo mal que me hizo sentir el otro día, me sentí como una cucaracha insignificante mientras cada palabra salía de su boca, recordé todas las veces que Greg me decía lo mismo o cosas parecida.
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Sweet Boy
Teen FictionHardin siempre quería hacer lo correcto, era un chico tímido, tierno, dulce... Aleisha jugaba a ser la dueña de todo que a ella la rodeaba, vanidosa, caprichosa, hermosa...creyéndose siempre el centro del universo, en especial del universo de Hardin...