Capítulo 36

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CAPITULO 36: Que los cumplas feliz.

Aleisha.

Toma las ultimas notas del libro de ciencias y lo aparto hastiada, en tres días son los exámenes finales, se puede decir que estoy preparada, pero no lo suficiente como debería. Esta semana me la he pasado matándome estudiando encerrada en mi habitación. Raro, lo sé, pero necesito hacer las cosas bien y lo ultimo que quiero reprobar, y no solo es el hecho de reprobar, es que necesito tener notas altas para poder ir a una buena universidad. ¿Qué voy a estudiar? Aun no lo sé, en menos de dos semanas habré terminado mis estudios secundarios y no que rayos voy a estudiar.

Creo que terminaré viendo las ofertas académicas y eligiendo alguna carrera como si se tratara del menú de un restaurante, pero que le vamos hacer.

He tenido unos días muy aburridos, Caroline intento venir a verme, pero mi castigo sigue vigente y no la han dejado pasar, aun no me dirigen la palabra, mamá en más de una ocasión lo ha intentado, pero se arrepiente, y papá se pasea por ahí con su máscara de indiferencia, y a mi el orgullo no me deja hacer las paces.

Tampoco he sabido nada de Hardin, no tengo teléfono, y si lo tuviera tampoco lo llamaría, el ya dejo claras las cosas entre nosotros, y aun me duelen cada una de sus palabras, tenía razón en cada una de ellas, pero me duele que me haya lastimado así. El antiguo Hardin jamás habría hecho algo así, tal vez yo no he sido la única que ha cambiado.

En otras noticas, mañana es mi cumpleaños, dieciocho años al fin y no tengo ni una pizca de emoción, siempre soñé con una gran fiesta para ese día, pero como están las cosas ni siquiera unas simples felicitaciones tendré.

Nunca me había sentido tan sola en mi vida, y de nada me sirve extrañar a los que quiero si no puedo hacer algo para traerlos de vuelta, así que me la paso en mi habitación imaginando una vida perfecta donde no he sido una idiota que ha arruinado todo a su paso.

Bajo a la sala y almuerzo sola en la cocina, como ha sido estos últimos días, papá y mamá se la pasan trabajando y mis hermanos en la escuela y yo aquí como un mueble más.

Salgo un rato al jardín y tomo un poco de sol, escucho ruidos y risas detrás del muro que divide mi casa con la de los Petrov, tomo una de las sillas del patio y subo para ver de que se trata y juro que me quiero morir en este instante.

Hardin y Melody juegan dentro la piscina, él la toma antes de lanzarla al agua y ella ríe yéndose nuevamente sobre él, se cuelga de su cuello y lo besa como si fuese suyo, y lo peor no es eso, lo peor es que el se queda quieto siguiéndole el beso.

Mi corazón se desploma al suelo, y quisiera ir hacia allá y tomarla de los cabellos para apartarla de él, pero en vez de eso me bajo de la silla sentándome en el suelo mientras me trago las ganas de llorar, ¿con que derecho haría eso? Si prácticamente no me importo el día que Hardin me dijo que me amaba, si jugué con sus sentimientos poniéndolo en la situación de tener que verme pasearme de un lado a otro con Kevin, y ni hablar de lo de la fiesta.

Todo esto me lo merezco, soy una hipócrita al querer llorar por esto. Las risas siguen y llevo mis manos a mis oídos, que lo merezca no quiere decir que me plazca escuchar como son felices.

Me incorporo metiéndome nuevamente a la casa, mamá acaba de llegar ni siquiera escuche su auto. La veo quitarse el abrigo y mi mirada se encuentra con la suya, me siento tan derrotada, tan sola y vacía que me trago mi estúpido orgullo y avanzo rápido hasta ella estrellándome contra su pecho.

La abrazo como si se me fuera la vida en ello y no tarda en envolverme con sus brazos, las lágrimas no tardan en aparecer y no las retengo, dejo que salgan esperando que eso calme el dolor de mi pecho. Ella no me dice nada, solo me abraza, me lleva hasta uno de los sofá y se sienta conmigo, me abrazo mas a ella, no quiero que me suelte y no lo hace. Termino con la cabeza recostada en sus piernas mientras que ella acaricia mi cabello.

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