CAPITULO 61: Sentimientos a flor de piel.
Aleisha.
Doy vueltas en mi habitación, siento que en cualquier momento hare un agujero con mis pies, mis manos aun siguen temblando y las lagrimas al parecer no se quieren detener. Volvió, Hardin volvió, y con el todo ese sentimiento que me pone la cabeza loca y que no sé cómo manejar. El corazón se que me quiso salir del pecho en cuanto lo vi, y ni siquiera se que es lo que voy a...
—Aleisha, tranquilízate— me dice Nikolay sentado en mi cama, hace dos días que viajamos a Londres para pasar navidad aquí, su madre había viajado con sus hermanos fuera de Rusia, y mi amigo estaría solo en casa y me pareció buena idea que se quedara aquí, pero ahora la verdad es que la cabeza no me da para prestarle atención.
—Creo que no leyó la carta— murmuro mirando por la ventana— Estaba muy... no lo sé, no creo que sepa de Alek— esa es otra cosa que me tiene mal. Le mandé una carta contándole de nuestro hijo, cuando mi pequeño tenía tres meses, carta que nunca respondió...y aparece ahora cuando Alek esta apunto de cumplir tres años. Pasó mucho tiempo, y debo decir que pensé que no le interesó la noticia, en ese lapso de tiempo mandó unas pocas cartas, anunciando que estaba bien, pero nada más, y yo supongo que enterarte que tienes un hijo es algo que te ponga el mundo de cabezas, espere que estuviera aquí desde que la leyera, y no fue así. La única opción es que él nunca supo la verdad, porque conozco a Hardin, él nunca hubiese ignorado algo así.
—Oye, por eso deberías volver para hablar con él— sugiere mi amigo y yo sigo dando vueltas, Hardin y yo tenemos mucho que hablar, pero es que justo ahora no se si quiero. Mi primera reacción al verlo fue correr hacia él, es que a pesar de lo que ha pasado entre nosotros Hardin es parte de mi familia, de mi vida, y lo quiero muchísimo, tuve mucho miedo por él mientras estaba por ahí, de hecho, hasta en una ocasión acompañé a Gretel un día que estaba orando por él, ella es muy creyente, y debo decir que eso me ayudo a sentirme mejor.
Temí que le pasara algo y que no pudiera conocer a Alek, pero ahora con la cabeza fría, pienso que lo mejor es tomarnos las cosas con calma y hablar después, ahora mismo no me parece que...
—¿Por qué no me lo dijiste? — su voz resuena por la habitación y de inmediato me tenso, me giro despacio encontrándome de frente con él y se me olvida todo lo que estaba pensando y solo lo quiero abrazar otra vez, por Dios, es él, mi Hardin, mi Hardincito, la otra parte de mí que andaba desaparecida y que justo ahora me completa sabiendo que está bien y que lo tengo frente a mí. Lo miro y simplemente no lo puedo creer, se ve diferente, muy diferente, pero es él. Todos los músculos de su cuerpo están bien definidos, el cabello lo lleva muchísimo mas corto que de costumbre, pero joder, se ve muy bien, debo decir que hasta siento que creció unos centímetros, Hardin siempre ha sido más alto que yo, pero ahora debo alzar la vista para verlo a los ojos, esos malditos ojos tan bellos que siempre ha tenido. Ahora mismo lo único que quiero es lanzarme sobre él y besarlo, pero no...tenemos que hablar.
—Te lo dije— es lo que respondo, mi cabeza esta vuelta un caos, y no se me ocurre otra cosa para decir, y es la verdad, aunque debí hacerlo antes, lo hice, se lo dije.
—¿Tu nuevo novio debe estar aquí? — pregunta en un tono de voz que nunca antes le había escuchado—¿Podemos tener esta conversación a solas?
—Yo como que me voy de aquí— Nikolay se pone de pie y me da una mirada que me transmite un poco de seguridad antes de salir cerrando detrás de él.
—Tampoco le tenías que hablar así, y él no es mi...— me interrumpe.
—Has jugado con toda la mierda que te ha dado la gana, Aleisha, pero no tenías derecho a hacerme eso— realmente está molesto.
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Sweet Boy
Teen FictionHardin siempre quería hacer lo correcto, era un chico tímido, tierno, dulce... Aleisha jugaba a ser la dueña de todo que a ella la rodeaba, vanidosa, caprichosa, hermosa...creyéndose siempre el centro del universo, en especial del universo de Hardin...