Capítulo 30

637 51 26
                                    


CAPITULO 30: Melody sabe.

Hardin.

—Tuviste que haber hecho trampa, no puedo creer que lo hayas acabado tan rápido— me molesta Melody mientras salimos de la escuela.

—Admite que te gané— rueda los ojos bufando, hace dos días empezamos una competencia para ver quien leía un libro de más de mil páginas en dos días, ella apenas va por la mitad y yo lo terminé en un día y medio.

—Entonces tendré que pagar las entradas del cine.

—No— me adelanto— Aunque yo gane, yo te invito, descuida.

—Vamos, Hardin, tu ganaste, me toca invitar.

—Mmm, no— insisto.

—Hardin.

—Melody.

—Agg—rueda los ojos— Eso es machismo, una mujer también puede invitar a un hombre.

—No admito objeciones— me da un codazo, pero no dice más nada, caminamos hasta salir de la escuela, nos han dado salida temprano porque en la noche es la competencia entre el St. Paul's y el St. Patrick que es el nuestro. No quería ir, pero se nos exigió la presencia de todos apoyando al equipo.

—¿Entonces después del juego, cine? — me pregunta cuando estamos fuera del plantel.

—Si— sonríe y se marcha, yo hago lo mismo en dirección al auto de papá que ya espera por mi junto a Gemma.

Estos últimos días Melody y yo nos hemos vueltos más cercanos, es una buena amiga, no ha habido más momentos como el de aquel beso incomodo, y lo agradezco, me agrada mucho, y no quisiera que las cosas se arruinen con ella. Abordo el auto y me acomodo en el asiento trasero. Papá me mira por el espejo retrovisor e inclino la cabeza en gesto de saludo. Ese es otro tema, han pasado casi dos semanas desde el incidente y él y mamá me miran como si estuviera a punto de romperme. Mi padre aun no cree mi versión de la historia, y en verdad lo entiendo, él me vio, y como deseo borrar esa imagen de su mente, pero no se puede.

Después de aquella fiesta falte dos días a la escuela, no quería ir, no la quería ver, no quería que me molestara con sus palabrerías, no se cansó de ir a mi casa, de llamarme y de insistir para hablarme, hasta que dejo de hacerlo, cosa que agradecí.

Ella está feliz con su novio, no se para que se empeñaba en molestarme, eso no hace más que demostrarme lo egoísta que es, hace días la vi marchándose con él a media noche, además de que siempre están juntos en la escuela.

Debo admitir que la pasé mal, nunca habíamos durado tanto tiempo separados, pero es que ya esto no tiene remedio, jamás volveremos a ser los mismos de antes, esos mejores amigos los cuales hacían travesuras inocentes ya no existen, así ya ni siquiera vale la pena que hablemos.

Al llegar a casa mamá me saluda como lo ha estado haciendo estos últimos días, y ya me está empezando a molestar que me vean como un debilucho.

—Estoy listo para mañana—informo y la veo sonreír, tome la decisión de que no voy a decepcionar a mis padres, y aceptare mi destino como médico, es lo mejor que puedo hacer, iniciaré las practicas mañana y empezare con los trámites para Harvard. He vivido toda mi vida en Londres, pero Estados Unidos no está mal.

No espero respuestas y me marcho a mi habitación, me voy de inmediato a la ducha, en poco es el juego y no hay tiempo que perder, mientras más rápido termine con esto mejor.

Cuando ya estoy listo para marcharme le pido a mamá que me lleve, pero antes pasamos a recoger a Melody, la pelinegra saluda a mi madre, a mamá le agrada mucho Melody, dice que es una chica muy centrada como yo, pero la verdad ella es mejor que yo, de eso no tengo duda.

Sweet Boy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora