Capítulo 37

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En multimedia: Hold On- Chord Overstreet

CAPITULO 37: Haciendo todo más formal.

Hardin.

Me aparto de la ventana cuando veo el coche rosa salir de la casa de los Thompson, es raro que sus papás después de todo lo que ha pasado la consientan de tal forma, alimentando sus delirios de chica barbie con semejante auto. Agg, pero si soy un hipócrita, y la caja negra de terciopelo abierta sobre mi cama mi lo recuerda.

Me acerco tomándola entre mis manos, y lo sé, es una locura, y no debí hacer eso, pero es que no lo pude evitar. La gargantilla de oro blanco con la letra A hecha de zafiros azules, brilla cuando la muevo de un lado a otro, es un collar hermoso, y me ha costado un dineral, pero va que no me importa, quedara muy bien en su cuello.

Cierro la caja y me calzo las zapatillas, arreglo un poco el desastre que es mi cabello, tomo la joya y salgo de mi habitación. Mis padres no están, al igual que Gemma así que salgo camino a la casa de al lado, debo de aprovechar el tiempo antes de que vuelva.

Dominik y Aisha están de pie frente a su casa, él la rodea con sus brazos y ambos sonríen felices. Cuando me acerco me miran algo confundidos, esto será raro, muy raro, pero ya no me puedo echar para atrás.

—Hardin, cariño— la madre de Aleisha es la primera en hablar—Que bueno verte, hacia días que no te veía.

—Problemas en el paraíso— dice su padre y desearía que esto no fuera tan incómodo.

—Si, este umm— me rasco la nuca pensando que decir—Le compre esto antes de que nos peleáramos— miento— Y ya no lo puedo devolver, me gustaría que se lo dieran como si fuera un regalo de parte de ustedes.

Ambos se miran entre sí para luego mirarme como si estuviera loco, les extiendo la pequeña bolsa con la caja sin mirarlo a la cara a ningunos.

—Hardin, no está bien que hagamos eso—Dominik habla y Aisha no pierde el tiempo en abrir la bolsa seguido de la caja y no puede disimular el gesto de sorpresa cuando ve el collar.

—¡Que belleza! — okey me quiero morir de vergüenza.

—Nena, eres muy curiosa— le dice a su esposa, pero él tampoco puede disimular el gesto—Hardin, este collar es un bonito gesto, pero no se lo podemos dar nosotros—suspira— Lo correcto es que se lo des tú, seguro te ha costado mucho dinero.

—Eso no importa— Me encojo de hombros— Y de verdad por el cariño que les tengo les pido que no le digan que fui yo, no estamos en nuestro mejor momento, y si no quieren dárselo tendré que buscar la forma de devolverlo.

—Hardin, ¿Qué fue lo que paso entre ustedes?

—Tonterías—me aparto— Espero puedan hacer eso por mi ¿sí? Fue un gusto verlos.

Me marcho sin darle tiempo a responder y confiando en que no dirán que fui yo, la verdad es que hacía mucho que le quería regalar algo así, desde antes de que empezáramos con toda la locura que arruino nuestra amistad, ya hasta lo había visto, antes de que todo se jodiera, y juro que de verdad no lo iba a comprar, pero algo más fuerte que mi voluntad misma me arrastro a esa locura, aun siendo consciente tengo novia.

Anoche cuando dieron las doce, sentí una nostalgia horrible, cada cumpleaños estaba a su lado, al igual que ella conmigo. Esperaba la medianoche a mi lado para ser la primera en felicitarme, y yo también hacia lo mismo con ella.

Ayer cuando estaba con Melody, por más que trate de distraerme no podía parar de pensar en el cumpleaños número dieciocho de Aleisha, y que era el primero que pasaríamos separados, y aunque ya las cosas estén claras entre nosotros, me duele que se haya arruinado nuestra amistad, y que ahora estemos donde estamos, donde ni siquiera la puedo felicitar o llevarle un regalo sin sentirme culpable por lo que le hizo a Melody, que simplemente ella piense que estoy minimizando lo que paso, por la debilidad que siento por Aleisha.

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