Capítulo 68

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CAPITULO 68: Tristes y hermosas realidades.

Final parte 2.

Hardin.

Todo lo hacemos rápido, los tiquetes de avión los pedí antes de salir de Irlanda y por suerte había un vuelo para hoy. Nos despedimos de mis padres y abordamos cuando llaman. Alek viene riéndose con Tye quien le hace todo tipo de gestos raros, al parecer se cayeron bien.

El vuelo es largo y tengo mucho tiempo para pensar, dos horas después Alek y Tye se duermen. Me quedo absorto en mis pensamientos, tal vez debería hacer lo mismo que ellos, pero mi mente no me deja, estoy ansioso por ver a Aleisha y saber si esto tan raro que me está pasando tiene que ver con ella, como aquella vez. Estuvimos juntos muchas veces el mes pasado, sí, pero usamos protección... aunque no creo que todas las veces, pero fui cuidadoso, se supone que ya no soy un niño.

No me molesta la idea de tener con otro hijo con ella, lo que pasa es que estamos en una situación difícil, ella en Estados Unidos, Alek en Londres, y yo en Irlanda, estamos divididos, y si resulta que ahora si está embarazada, estará sola otra vez, y eso es algo que no quiero, no es justo para ninguno de los dos.

Mi mente sigue sin darme tregua y así continua hasta que aterrizamos en New York, Aisha me dio la dirección del departamento de Aleisha, así que solo pedimos un taxi al que le entrego el papel.

—Joder, esto parece otro mundo— comenta Tye mirando por la ventana, la verdad es que si, New York es algo completamente diferente a lo que estamos acostumbrados—Tal vez debería quedarme aquí y encontrar una bandida.

—¿Qué es una bandida? — pregunta Alek y miro mal a mi amigo.

—Es...es una mujer bonita y decente— le responde al niño que lo mira con curiosidad.

—Oh genial, mi mami es una bandida— responde emocionado y me revuelvo incomodo en el asiento.

—Pero no vayas a decirle así, ¿de acuerdo? — le digo y asiente no muy convencido, Tye me pide disculpas por lo bajo y ni lo miro, él y sus locuras me desesperan, no sé si sea buena idea juntarlo con Aleisha, ella es muy loca también, en el tiempo que pasamos juntos no le hable de él, en el fondo espero que le agrade.

El taxista se detiene frente a un gran edificio más rápido de lo que espere, pago y bajamos mirando todo el alrededor, los tres estamos impresionados, es todo muy ostentoso, en las calles hay mucho movimiento, autos, personas que van de aquí y allí, a pesar de que es media noche, una completa locura.

Aseguro bien a Alek y entramos al lugar, en la recepción pido el número del departamento de Aleisha y no me quieren dar ninguna información sin antes ponerse en contacto con ella, me hubiese gustado sorprenderla, pero entiendo el asunto de la seguridad y me parece bien.

Llama y dura algunos segundos hablando antes de colgar.

—Al parecer la señorita Thompson no está, pero hable con la otra residente, bajara ahora— ¿Qué Aleisha no está? ¿Dónde rayos se supone que este a estas horas?

Me impaciento y me muevo de un lado a otro en el vestíbulo con Alek quien se acaba de dormir, esperamos cinco minutos hasta que baja Caroline con cara de que estaba dormida. En cuanto nos ve reacciona avanzando con rapidez hasta nosotros.

—Oh por Dios, Hardin y Hardincito, te juro que moría por verlos juntos— habla emocionada dándome un abrazo en tanto el niño en mis brazos se lo permite. Hacía años que no la veía, se ve completamente diferente a la Caroline que recuerdo, y no en su físico, si no como su aura.

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