CAPITULO 34: Todos tienen el corazón roto.
Hardin.
—¿No vas a decirme que fue lo que paso? — pregunta papá en cuanto dejamos a Melody en su casa, nadie dijo porque fue la pelea, ni siquiera cuando la directora nos interrogó. Melody quiere callar, y sé que lo hace por mí, sabe que si hablamos esto con los adultos las consecuencias serían peores, principalmente para Aleisha, quien fue que empujo a ese animal a actuar como un cobarde. Y me siento mal que no diga nada con tal de no lastimarme, pero tampoco me apetece pedirle que lo haga, por eso me rebaje a su nivel golpeándolo, si no hacia eso iba a estallar, y además ya le tenía ganas a ese idiota.
—Confórmate con saber que fue por una causa justa— es lo único que digo colocándome los audífonos. Todavía sigo furioso, no puedo creer que Aleisha haya hecho algo así, me duele la cabeza de tanto pensar y dar vueltas en lo mal que estuvo eso. Los sollozos de Melody siguen en mi mente desde anoche, el labio sangrando y los temblores que soltaba su cuerpo, nadie merece eso, y me duele a la misma vez que me enoja, que la niña con la que me crie fue capaz de hacer algo así, cruzó todos los límites con esto, sus caprichos y manipulaciones llegaron al extremo, sinceramente me duele que hayamos llegado a esto, pero lo nuestro ya no tiene salvación, ahora más que nunca debo mantenerme alejado de ella, a penas la reconozco. Admito que siempre le ha gustado salirse con la suya, pero es que esto no tiene perdón.
En cuanto llegamos a la casa me largo a mi habitación, en unas horas tengo que ir al hospital, Melody no ira hoy, pero supongo que estaremos más tiempo metidos allá debido a la expulsión. Esa es otra cosa que me molesta, no hubo palabras que impidieran la expulsión, aun cuando tengo un expediente intachable, al igual que Melody, me entra un poco la inseguridad, estaremos en desventaja para los exámenes que casi se acercan.
Saco mis libros y me pongo a estudiar las asignaturas que tenía para hoy, no me puedo dar el lujo de sacar malas notas ahora que entendí lo que en verdad quiero para mi vida. Llegue a la conclusión de que me gusta la fotografía, me encanta, pero no para dedicarme totalmente a eso, me gusta así para tomarla como hobby. Toda mi vida la había pasado rodeado de médicos, hospitales y todo lo que tenga que ver con eso. Mis padres desde que soy un niño me han transmitido ese amor que tienen ellos por la medicina, y debo decir que le tomé un poco de miedo, el no poder cumplir con las expectativas de quienes han apostado por mí, en no poder atender bien a alguien o simplemente haciendo algo que no debo.
Pero me di cuenta de que tal vez esto es lo que quiero, y lo que debo hacer, me gustó la experiencia que viví, no la del desmayo, eso me avergonzó bastante, se lo conté a mamá y parte de que ahora este un poco más motivado se debe a ella, quien me conto que le pasó algo parecido en sus primeros años estudiando y eso no le impidió ser una gran doctora.
Y el que ella y papá tomaran la decisión de mandarme ahora, es para darme la oportunidad de ver a lo que me voy enfrentar, y si no me gusta hacer lo que quiera, pero estoy casi seguro de que esto es lo que quiero.
El doctor Miller nos decía que la medicina se trataba en gran parte de disciplina, y aunque desde pequeño fui un muy disciplinado, ahora siento que es lo que necesito.
Disciplina, un choque de frente con la realidad que me haga salir de la locura en la que me metí cuando empecé a seguir el juego de Aleisha, y reitere que estoy mal cuando vi a Melody golpeándola, no me importo olvidar lo que fui hacer cuando la vi siendo atacada, no espere que Melody hiciera tal cosa, y aunque no la culpo, porque sus razones tenia, pero es que aun viendo yo a Aleisha asesinar a alguien en mis narices, voy a correr a ocultar el cadáver con tal de encubrirla, y eso no está bien.
No voy a mentir, la extraño, Aleisha es alguien muy importante en mi vida, pero con cada cosa que hace, me demuestra que tome una buena decisión el alejarme.
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Sweet Boy
Teen FictionHardin siempre quería hacer lo correcto, era un chico tímido, tierno, dulce... Aleisha jugaba a ser la dueña de todo que a ella la rodeaba, vanidosa, caprichosa, hermosa...creyéndose siempre el centro del universo, en especial del universo de Hardin...