Capítulo 56

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CAPITULO 56: Nueva etapa.

Aleisha.

Ajusto mis gafas de sol impidiendo que la gente pueda ver mis ojos rojos e hinchados de tanto llorar, ya pasé las maletas y me quedo mirando a mis padres a mis hermanos y a mi pequeño Alek en tanto subo las escaleras eléctricas, mamá me lanza besos y veo a mi bebé llorar en sus brazos, estoy pensando seriamente devolverme y no abordar ningún avión, me duele el alma y las lágrimas me mojan toda la cara, aun no me he ido y ya los extraño. Me da miedo que mi hijo no sepa quién soy cuando regrese, o que me olvide, no creo poder vivir con eso.

Sigo mirando en su dirección y poco a poco los voy perdiendo de vista y mi corazón no para de doler, mi bebé, en estos meses no me he despegado de él y ahora durare algún tiempo sin verlo, sin tenerlo entre mis brazos ¡ay Dios! No sé si pueda sobrevivir.

Me encamino hasta la zona de abordaje tratando de ser fuerte, esto es lo que debo hacer, me trago las lágrimas y avanzo. Algunos diez minutos después estoy acomodándome en el asiento, hago que mis pies de peguen al suelo para no salir corriendo de aquí.

Alek estará bien, con sus abuelos, sus tíos, rodeado de amor y personas que lo darían todo por él, tanto o más que yo. Recuerdo mi conversación con Harry, morí de vergüenza cuando lo admití frente a él, ese fue otro que no tenía dudas y me sentí ridícula tratando de ocultar algo que estaba a la vista de todos. Me dijo lo mismo que su esposa, que debí de hablar con ellos desde que lo supe, que el hecho de que Hardin no estuviera, les delegaba la responsabilidad a ellos, pero es que...

—Hola— una voz que conozco me saca de mis pensamientos y levanto la vista encontrándome con el rostro que no esperaba ver ni ahora ni nunca, esto tiene que ser una broma, debía ser precisamente él.

—Veré como hago para que me cambien de asiento— okey sé que eso no se puede, pero es que no me voy a quedar tan cerca de él.

—Aleisha, no es necesario— me pongo de pie, pero rápidamente la azafata me indica que debo sentarme, el avión está apunto de despegar.

—En vista de que no hay nada que hacer— me acomodo en mi lugar tratando de mantener la compostura— Te voy a pedir el favor de que no me hables ni me molestes.

—Tampoco debes ser tan dura conmigo, esta es una oportunidad para hablar.

—Kevin, tú y yo no tenemos nada que hablar— mis ojos se encuentran con los suyos después de tanto tiempo, no lo había visto hacía meses y aunque prácticamente he olvidado toda la mierda que me hizo, no me hace gracia tenerlo cerca, si no hubiese sido por él tal vez Hardin estaría conmigo ahora... aunque tampoco debo culparlo de todo a él, parte de mis desgracias me las provoqué yo misma, con mis locuras y enredos.

—Al menos déjame disculparme— pide, nos ordenan ajustar nuestros cinturones y apagar nuestros aparatos eléctricos, lo hago ignorando al chico a mi lado, chico que luce bastante diferente a la última vez que lo vi, está más delgado, más demacrado, no es ni la sombra del capitán de fútbol por el que todas se morían, incluida yo.

No deja de mirarme y yo no le presto atención, solo me concentro en mirar por la ventana sintiendo algo de miedo cuando el avión empieza a tomar altura, pero lo disimulo contando del uno al diez en mi mente las veces que son necesarias hasta que se estabiliza.

—En serio Aleisha— vuelve abrir su boca haciéndome rodar los ojos—Siento mucho lo mal que te lo hice pasar, era un tonto, pero estoy cambiando, trato de hacer las cosas bien.

—Pues me alegro por ti—respondo sin mirarlo.

—Lo siento de verdad, creo que me obsesioné contigo, por eso me puse así, arruiné muchas cosas... fui a buscarte más de una vez para disculparme, pero me dijeron que estabas en Rusia.

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