Definitivamente, Trost no era uno de los distritos más pintorescos y residenciales para vivir.
No contaba con la elegancia de las estructuras idílicas de la Muralla Sina. Aunque había crespones pequeños y flores de todos colores a lo largo de las calles empedradas, los cimientos de las casas eran de roca y madera rústica.
Los negocios, dispuestos en los pasajes más estrechos, simulaban una especie de mercado de baja estirpe y estaban atiborrados de un montón de gente inquieta que iba de un lado a otro.
Levi abrió las celosías de un golpe seco y, con un pañuelo húmedo, limpió el polvo acumulado dentro de los pliegues de las ventanas. El sol se asomaba entre las nubes en un cielo que había empezado a cerrarse.
Detrás de Levi, un Hunter crispado hablaba con Fenrir, mientras el soldado los escuchaba sin prestarle demasiada atención, hasta que reparó en algunas palabras.
-¡No puedo creer que se ponga a limpiar en estos momentos! -llegó a escuchar por parte de Hunter.
Fenrir lo llamó y Levi se volvió hacia él, mirándolo por encima del hombro. Bajó la pañoleta que tenía atada detrás de la cabeza y preguntó-: ¿Qué quieres?
Fenrir lo atravesó con la mirada.
-¿Se puede saber que estás haciendo?
-Estoy limpiando.
-¿Te parece que ahora eso es importante?
-El polvo para mi es un problema sustancial -explicó Levi, con displicencia.
-¿Dónde has conseguido esas prendas? -quiso saber Hunter.
-Las saqué del armario.
Fenrir bufó, se tiró a la cama y cubrió sus ojos con el antebrazo. El cabello blanco y desmechado cayó hacia atrás sobre el edredón.
La habitación en la que se encontraban los soldados era sencilla, sin muchos muebles más que tres camas, dos mesas de noche y un pequeño armario con cuatro repisas.
-¿Es que no te ha afectado la cantidad de muertos que hubo? -le preguntó Fenrir a Levi-. He visto como los titanes abrían en dos a un chico y le vaciaban los órganos. ¡Fue espantoso!
Hunter se sentó en el extremo de su cama y colocó los codos sobre las rodillas, torciéndose hacia adelante para mirar los dedos de sus pies descalzos.
-Ya ha pasado un día desde el ataque a Shingashina -Hunter suspiró-. ¿Qué estará sucediendo? ¿Por qué no nos dejan intervenir?
-Porque la Corona es inepta -respondió Fenrir, apoyándose sobre los codos para mirar a su amigo-. Dejó todo en manos de la Policía de Guarnición.
La Policía de Guarnición era una fuerza defensiva que se encargaba de proteger y mantener el orden dentro de las murallas. Albergaban la mayor parte del tiempo sobre los muros y su función principal era mantener a los titanes lejos de la humanidad.
-Dicen que vino un barco con los sobrevivientes del distrito, pero que hemos perdido la Muralla María -replicó Hunter-. La botica y el hospital principal de Trost están colapsados.
-Al parecer fueron dos titanes -contó Fenrir-. Uno gigante, de unos 70 metros, y el otro de menor tamaño, pero con una coraza impenetrable.
Hunter se puso blanco del pánico.
-Hay miles de víctimas, bajas y destrozos -agregó-. ¿Hay algún soldado que provenga de Shingashina?
-Ni idea -contestó Fenrir.
-Yo solo conozco a Paige Stone -murmuró Hunter.
-¡Oh! ¡Cierto! -exclamó Fenrir-. ¡Menuda mierda! ¿Se habrá salvado su familia?
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VÉRTEX
أدب الهواةEl "Vértex" es un punto matemático que marca un cambio en nuestra vida. A menudo son situaciones tanto buenas como malas que salen de nuestro control y se sienten predestinadas. Esta es la historia "Vértex" de Hange y Levi antes de la llegada de Er...