Levi no habría apostado ni una moneda de oro a que los rebeldes y los soldados se tolerarían mutuamente hasta alcanzar una convivencia aceptable. Pero, contra todo pronóstico, ahí estaban, respetándose unos a otros.
Aunque el odio persistía en el aire, alimentado quizás por Zenda, Paige, Dawn, o algunos miembros de la Legión como Sean y Nanaba, los demás actuaban con una sorprendente y escalofriante normalidad.
Lo cual dejaba a Levi atónito y preocupado por partes iguales. Después de todo, la situación lo justificaba. Más temprano que tarde, la sangre mancharía las manos de más de uno que deambulaba por la villa, pretendiendo que todo iba bien, cuando, en realidad, la oscuridad estaba a punto de abatirse sobre ellos.
¿Serían capaces los soldados de matar a otros seres humanos?
Habían transcurrido casi cuatro días desde la reunión con Erwin, donde el comandante propuso a Petra y a Benton como espías encubiertos para la misión a la Ciudad Subterránea. Tras común acuerdo, solo quedaban dos días restantes para que se infiltraran en los suburbios.
La tensión era palpable
La sola idea de que el plan fallara hacía que el capitán perdiera el apetito. Conforme avanzaban los días y se acercaba el momento de la verdad, la posibilidad de disfrutar de una taza de té caliente o incluso de cuatro horas de sueño en una silla se volvía más inverosímil.
Levi no recordaba con exactitud cuándo fue la última vez que pudo conciliar el sueño durante más de treinta minutos sin despertarse exaltado, con el corazón en la mano y los nervios de punta por alguna pesadilla.
Su mente no dejaba de proyectar escenas aterradoras: Petra ahogándose en un charco de sangre, Benton agonizando en el suelo por una herida mortal, Erwin decapitado por Zenda, o Hange atravesada por una espada en el pecho.
Daba vueltas al asunto una, otra y otra vez, y, aunque intentaba mantener el optimismo, no podía evitar sentirse inquieto.
A vistas de un futuro sangriento, sólo quedaba resignarse...
Pero Levi nunca se resignaba. Odiaba admitirlo, pero una parte de él, quizás la más primitiva y arraigada, se dejaba llevar por el miedo.
Por más que confiaba en Erwin y su capacidad de análisis, el comandante no podía garantizar la seguridad de Petra y Benton.
El otoño aún no había cedido por completo. Ese día, el cielo al mediodía estaba despejado, pero la temperatura había descendido notablemente. Era extraño ver los árboles comenzar a brillar con la cercanía de la primavera mientras las hojas secas seguían acolchando el suelo.
A lo lejos, Petra llevaba su entrenamiento al límite. Se preparaba con dedicación para liderar lo que podría ser la misión más importante de su vida, mientras que Benton luchaba con cada movimiento. Apenas podía manejar el equipo de maniobras sin cortarse una mano. Sus músculos habían perdido fuerza y agilidad con el tiempo.
Nanaba había renunciado a entrenarlo, considerándolo un caso perdido, por lo que Levi se esforzaba en trabajar con sus limitaciones para evitar que muriera antes de tiempo.
Benton soltó aire mientras colocaba los brazos en jarra e intentaba calmar su agitación. Llevaba su vestimenta maltrecha y sucia y había dejado el abrigo y la capa debajo de la sombra de un árbol en donde Levi detectó que había olor a pis de zorro.
—Jefe, esto no es para mí—protestó Benton.
Levi se mantuvo imperturbable ante su queja.
—No veo que intentes mover esa roca —respondió.

ESTÁS LEYENDO
VÉRTEX
FanfictionEl "Vértex" es un punto matemático que marca un cambio en nuestra vida. A menudo son situaciones tanto buenas como malas que salen de nuestro control y se sienten predestinadas. Esta es la historia "Vértex" de Hange y Levi antes de la llegada de Er...