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—Entonces, Zacharius es el apellido de tu madre, ¿cierto? —preguntó Hange mientras tomaba asiento junto a Moblit.

—Sí, es mi único apellido —respondió Mike, quien había recuperado su gesto ceñudo.

—Hange —llamó Erwin con voz grave y resonante—, ¿de qué está acusado Gilbert?

La líder de escuadrón tomó su libreta y leyó en voz alta:

—Está acusado de lavado de dinero, manipulación de bienes, violación de la propiedad privada y homicidio agravado.

—Un padre ejemplar —ironizó Levi.

Afortunadamente, Mike no se ofendió por el comentario.

—Y con excelentes valores —añadió, siguiendo el juego de Levi.

Erwin ignoró las bromas de sus subordinados.

—¿Por qué crees que él tiene algo que ver con los rebeldes? —preguntó a Hange—. ¿O con Emerick?

—Porque me llamó la atención una nota a principios de este año con todas sus acusaciones —murmuró Hange—. Puedo traer el periódico si es necesario. Aún no ha sido juzgado, por lo que está en libertad condicional. Y sí, lo sé, privilegios del poder, pero... Ahora que mencionas que Emerick está muerto, ¿por qué se dieron a conocer los cargos contra él a la prensa y no la muerte de Emerick?

—Quizás fue para no asustar a los ciudadanos y evitar el pánico en Mitras —sugirió Moblit.

—O tal vez —agregó Erwin—. Hay algo que no sabemos.

—Hay dos facciones rebeldes —sentenció Hange—. Estoy segura de eso. Una es la de Paige y Linus, y la otra es la que colocó la bomba en Mitras.

—¿Paige ha dicho algo más? —preguntó Mike, intrigado.

Hange vaciló por un momento, pero luego se recompuso y habló con firmeza.

—Le mencioné lo de Conan y se quebró —dijo—. Insistió en que su gente no estuvo involucrada en el ataque.

—¿Y tú le crees, líder de escuadrón? —inquirió Moblit.

Los celos quemaron a Levi una vez más. El capitán estrechó la mirada. Estaba luchando contra el impulso de cortarle la lengua a Moblit. Ahora la trataba con deferencia cuando había tenido el atrevimiento de tocarla. 

¿Cuántas veces le habrá revuelto el cabello de esa manera? ¡No quería ni imaginarlo!

Esta vez, Hange no dudó en su respuesta.

—Sí, le creo.

—¿Te ha dicho quién es su líder? —preguntó Erwin.

Hange negó con la cabeza.

—No, Erwin —respondió—. No ha mencionado nada al respecto.

Erwin se volvió hacia Mike.

—¿Y Linus?

—Tampoco —respondió Mike—. No ha dicho nada.

Erwin contuvo la respiración por un momento y luego exhaló profundamente.

—Tendremos visitas pronto —dijo con seguridad, desconcertando a sus colegas—. Hay un infiltrado. Paige y Linus nos han engañado. Se dejaron atrapar a propósito por la Legión.

A excepción de Levi, que se mantuvo calmado y esperando una explicación por parte de Erwin, el resto de los subordinados salieron disparados de las sillas. 

 Mike se mofó de la situación.

—¿Qué estás insinuando, Erwin? —preguntó—. ¿Estás sugiriendo que nos tendieron una trampa todo este tiempo?

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