XLIII. La chalupa

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Donde comenzaban los vastos terrenos de los Dávila, se leía y un letrero que decía: Hacienda El Páramo Del Sur. Y tenía justa razón de llamarse así, pensó Elíza, ya que la propiedad no se encontraba en el centro de la ciudad como ella se lo esperaba, si no a las afueras, donde no figuraban las casas más bellas. Además imaginaba que el fin de los terrenos estarían aún más al sur. La amplitud de tierra que encerraba la cerca la hacía sentir un poco intimidada. Al adentrarse más y más descubría que no era para nada como se lo esperaba.

   Y no era increíble porque los jardines estuvieran arreglados al estilo inglés o las fachadas de la casa emularan el estilo francés, si no que era una hacienda en toda la extensión de la palabra, y muy mexicana. Nunca había visto un lugar tan colorido como Páramo. El verde de la vegetación resaltaba tanto como las abundantes flores. Todo servía de marco para la gloriosa hacienda cuya pared principal era de un rojo pasión, pero la otras paredes eran azul, verde claro, rosa, las puertas de madera barnizada. Los adornos del jardín eran sillas y mesas de guásima que había visto de venta en Cajeme.

   Realmente caminaron por minutos y minutos hasta poder llegar a la enorme hacienda. Los tíos de Elíza se deshacían en elogios, pero Elíza guardaba silencio observando todo. Aquel lugar era digno de recibir a unos reyes. El convertirse en la señora de Dávila no sería una mala decisión hablando desde el punto de vista económico, pensó. Dejaron la hacienda de lado y siguieron recorriendo el territorio. Descubrieron que a las afueras de la propiedad, había un lago, 《¡Hasta tiene su propio represo!》exclamó para sí, pensando con lo que a ella le encanta bañarse en los represos. Luego, entre las ramas, miró una canoa con su remo, 《Era de suponer que no lo usaran para bañarse, sino para pasear. Tal vez sea un capricho de la señorita Dávila.》

   Dejaron el lago y regresaron a la hacienda. Entraron y fueron recibidos por la ama de llaves. Mientras se adentraban al bello interior, Elíza volteaba nerviosamente a los lados, temiendo encontrarse con el señor Dávila, ¡Control, ella sabía que no estaba ni estaría ahí! Entonces, ¿por qué lo seguía buscando?

   La ama de llaves dijo que era frecuente recibir visitas en Páramo, puesto que sus más de cien años de existencia atraían a los que gustan escribir artículos sobre la historia de Álamos. Puesto que las colecciones de libros, fotos y otras posesiones son como tesoros para los cronistas.

   Elíza oía todo esto a la par que veía a la ama de llaves. Sin duda ella también era diferente a como lo hubiera imaginado. Era humilde, sus trajes no eran elegantes, si no como los de ella o su madre, solo que con un mandil blanco.

   Juntos entraron a un comedor del ancho de Laureles.

   —Estos trastes de porcelana son un tesoro, pues fueron traídos de Europa con quienes fundaron El Páramo Del Sur —dijo señalando a una vajilla blanca con trazos azules y dorados—, pero el amo prefiere comer con utensilios de barro —señaló a los que estaban al lado, que no lucían tal elegantes al lado de los anteriores— fueron un regalo de parte de un trabajador suyo, por esto es que los aprecia más que esta porcelana antigua y cubiertos de plata.

   Elíza se admiraba más y más de lo que decía la señora. 《Si mi patrón fuera un soberbio no le regalaría ni un plato partido por la mitad. Más bien, le partiría el plato en la cabeza, sí, eso haría... Pero imagina que hubieras sido la señora de Dávila y poder estar cerca de estos tesoros todos los días y de ser la dueña de todo esto》.

   Se dirigieron a otro cuarto, donde sobre la chimenea había fotos, que deacuerdo a como le indicaban, era el fallecido señor Dávila, ya fueran fotos solos o con la familia o en su boda. La señorita Dávila tocando el arpa, o en la biblioteca. Jorge también aparecía, desde niño con los Dávila como tres hermanos y solo. En la foto donde sale solo, Elíza la tomó para examinarlo bien con esa ropa más pomposa que la del señor Dávila actualmente.

Orgullo y prejuicio: A la mexicanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora