París con Draco y Tom.

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Los tres estábamos caminado a mí habitación.

Mi habitación siempre quedaría llena de erecciones...

Fue días después de la fiesta de disfraces, ¿qué mierda me pasaba con la sed de tener sexo?

Abrí la puerta lentamente, sentía mis piernas temblorosas y aún no empezábamos.

—¿Miedo?—Pregunto Tom.

—Nunca tengo miedo Mar.

Vi una pequeña sonrisa en el rostro de Draco. Estaba ansioso.

Tom fue el que puso el hechizo silenciador por primera vez. ¿No querían que escucharan los gemidos? O que...

—Esto es raro.—Habló Draco por primera vez después de que nos pusiéramos de acuerdo.

—Ustedes podrían llevarse bien, el punto es que tú no quieres.—Respondí, el volteo a ver a Tom un momento, soltó una pequeña carcajada y me jalo a él.

—Seguirás siendo mía.

Me reí un poco, no mentía, podría ser.

Tom se acercó por detrás, estaba preocupaba con que su instinto cegara sus hormonas, pero era sexo, el nunca diría que no a eso.

Toco mi hombro lentamente, alce la mirada para ver a Draco que estaba aguantandose el darle un putazo a Tom.
Tom jugó un momento, hizo lo mismo que la primera vez que tuvimos sexo, desabrocho los tirantes lentamente y dejo caer el top, en la cintura lo detuvo pero pego su cuerpo a mi, agachando su rostro a mi cuello y besandolo.

Draco enfrenté tenia la respiración agitada, no era por enojo, se estaba estremeciendo.

Lo tomé de la camisa y lo jale a mí, se la desabroche y detrás de mi sentia que Tom también se desvestia.

Cuando los dos terminaron de desvestirse Draco quito mi falda, solo tenía el calzón y sentí como Tom me empujó a la cama.

Tenia altas ganas de cogermelos a los dos, tanto como ellos las tenían conmigo.

Draco me puso boca abajo, se puso detrás de mi y levantó mis caderas con fuerza, enfrente de mi se puso Tom.
Sentí escalofríos, Draco acaricio mis piernas y quitó lo que quedaba de ropa, ahora estaba expuesta.

—De tan solo verte así me ocasionaras un orgasmo.—Me susurro Tom.

Me reí. 

—Disfrutemos.—Y antes de decir algo sentí un éxtasis de escalofríos y ardor recorrer desde mi vientre hasta mis caderas.

Draco entró en mi sin tan solo ponerle saliva.

Gemi, pero no duró mucho para que mi boca terminara llena.

Draco me apretaba la cintura aferrándose a mí, Tom me sostenía el cabello y se movía de adelante para atrás.

Esta vez era difícil que los gemidos salieran de mi boca, tom lo quería hasta el fondo al igual que Draco.

Sentí mis piernas temblar, y el sonido de nuestros cuerpos sonaba en la habitación.

Tom lo sacó de mi boca poco, aproveché y solté un gemido que ya quería salir, Draco dio un golpe más con muchas más fuerza y salió, asimile un poco, pero en cuánto me di cuenta habían cambiado de lugar.

Cuando Tom entró sentí como mis piernas se comprimian al igual que mi vientre, sentí los escalofríos y el ardor por igual.

Cuando Draco se puso enfrente de mi agarro mi cabello y me dio un besó, estaba agitado al igual que yo, me sonrió y en su boca gemi. Tom lo hizo a propósito...

—Mierda.—Susurró.

Cerré mis ojos con fuerza y apreté las sábanas, Draco levantó mi mirada y de nuevo hizo que lo metiera en mi boca.

Tom pegaba su cuerpo al mío con mucha más fuerza, apretaba mi cintura con mas presión y sentía como me atragantaba por Draco.

Agarraban mi pecho en diferentes ocasiones Draco se agachaba como podía y dejaba besos en mis hombros o espalda, Tom me nalgeaba con fuerza y se curveaba para que entrara más.

Los sonidos se hacían más repetitivos, nuestros cuerpos chocaban y los gemidos de los tres se escuchan más, ellos gemian más que yo pues los míos no se podían escuchar.

—¿En donde termino?—Hablo tom con pesadez.

Recuerdo que estire mi mano hacia atrás y agarre la suya con fuerza. Había llegado a mi punto, escuché su pequeña risa y hablé.

—Adentró.—Apenas podía hablar, estaba demasiado agitada.

Sentí la presión de las manos de Draco en mis hombros, en unos momentos sentí como Tom iba más rápido, me apretó aún más y sentí como mi interior se sentía caliente y el amigo de Tom palpitar.
Pero ahora.

Era el turno de Draco.

Tom cayó a mi lado, mis piernas temblaron y sentí el líquido caliente salir.

Pegue mi cara a las sabanas, seguia teniendo las caderas arriba y volví a sentir que Draco me apretó las caderas.

En el momento en que entró temble más, gemi nuevamente, esta vez con libertad.

Empezó lento y después siguió rápido, Tom acostado al lado de mi con la respiración agitada me acariciaba el cachete, no pasó mucho y Draco también se vino adentro.

Ahora sentia mi vientre lleno de hijos.

Caímos en la cama, yo en medio de los dos.

—¿Como te sientes?—Preguntó Tom cuando recuperó el aliento.

Yo apenas podía respirar.

—Bien.—Hable rápido.

Mi corazón latía rápido, mi respiración no paraba de ser agitada y al lado de mi Draco me acariciaba el cabello.

—Eso fue nuevo monstruo.—Hablo Draco.

Tom soltó una risa.

Pensé no ahora. Así que antes de que dijera algo hable.

—¿Después de esto se llevarán bien?

—No.—Dijeron al unísono.

Yo me reí.

Ahora éramos tres adolescentes de nuevo, acabábamos de experimentar más placer de lo que deberíamos.

No sentía mis piernas, y estas se sintieron pesadas después de terminar.

Draco y Tom se dieron la mano, la chocaron en mis narices y hablaron.

—Nada mal Malfoy.

—Podría decir lo mismo de ti Riddle. —Se rieron.

No soporte el cansancio, me reí un poco y nos quedamos dormimos los tres.

La segunda Torre Eiffel... esta vez con Draco y Tom.


Baby VexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora