IV

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Can

Cuando deja la taza de té sobre el escritorio, me doy cuenta de que tiene las manos llenas de arañazos y rozaduras y veo una venda en la muñeca que asoma por debajo de la manga de su jersey. Ayer no me pareció nada, miro sorprendido sólo para descubrir más rozaduras en su visa, esas definitivamente no estaban allí anoche, estaba oscuro fuera del cobertizo pero veo tantas ahora que me habría dado cuenta si estuvieran allí.

- ¿Qué te ha pasado? -

No tiene tiempo para responderme que aquí entra en la oficina Polen.

- Can, aşkım, amor ¿por qué te fuiste sin despertarme esta mañana? -

Veo que la expresión de la cara de Sanem cambia drásticamente, no puedo pronunciar una sola palabra de explicación que ya ha salido de la habitación. Me doy cuenta de que malinterpretó completamente las palabras de Polen, o más bien Polen se encargó de que las malinterpretara.

- Polen, ¿cómo se te ocurre semejante frase, tienes idea de la impresión que has dado? -

Veo aparecer una sonrisa socarrona en su rostro sin que pueda disimularla.

- Por supuesto que te das cuenta, lo hiciste a propósito, ¿es eso? Querías que pensara que habíamos pasado la noche juntos en la cabaña, ¿no? -

Salgo de la oficina buscando a Sanem, no quiero que se haga una idea equivocada, nada cambia en lo que a mí respecta entre nosotros, pero no quiero que piense que me he acostado con otra mujer dos minutos después de haber roto con ella.

No la veo en el gran espacio abierto que acoge al grupo de creativos de la agencia, intercepto a Cey Cey y le pregunto si la ha visto, niega con la cabeza evidentemente sorprendido por mi expresión seria.
Bajo corriendo las escaleras para comprobar el archivo pero tampoco está allí, dónde demonios está, no puede haber salido de la agencia.

Vuelvo a mi oficina furioso.

- Polen esto ha sido demasiado, por favor deja esta oficina, la agencia y mi vida para siempre.
Te he dicho y te repito que nunca más puede haber nada entre nosotros, si no quieres entender esto y no puedes aceptarlo entonces es mejor que cada uno siga su camino.
Por favor, vete y no vuelvas, no quiero verte nunca más-

Parece sorprendida por mis palabras, obviamente no había calculado que podría hacerme llegar al límite de mi resistencia con sus maquinaciones.
La veo tomar aire y enderezar los hombros, se acerca tranquilamente a mi escritorio para recoger el bolso que había colocado allí, y luego se vuelve hacia mí vadeando sin hablar. La veo lanzar una breve mirada por encima de mi hombro hacia el pasillo y, sin que yo pueda hacer nada para impedirlo, me rodea el cuello con sus brazos y me besa apasionadamente.
Tardo un momento en reaccionar y apartarla.

- Ne yapıyorsun, ¿qué haces Polen? ¿En qué estabas pensando? -

El alboroto que viene del pasillo me obliga a girarme hacia la puerta para ver qué pasa, varios empleados están inclinados sobre una persona en el suelo.
Me apresuro a ir hacia ellos para averiguar quién es, sólo para ser golpeado por una ola de terror al ver a Sanem en el suelo sin vida.

¿Qué? ¿Qué ha pasado? Me acerco, pidiendo a todos que se aparten y dejen espacio, me arrodillo junto a ella.
Está pálida y parece que le cuesta respirar, su aliento sale en un inquietante siseo de su boca. La sangre se hiela en mis venas, algo muy grave está sucediendo.

- Pida ayuda rápidamente ahora. Sanem, Sanem, come in lutfen, Sanem, Sanem -

No reacciona, pasan minutos que parecen horas interminables, me parece que sus labios se vuelven cianóticos mientras su respiración es cada vez más agitada, sale y entra por momentos sacudiendo todo su cuerpo.

No, no, no. ¿Qué ocurre? No puede dejarme, nada malo puede pasarle, no, no, no. No puede ser, oh Alá, cómo pude decir que lo nuestro había terminado.
Sólo de pensar en perderla ahora mismo siento que puedo morir con ella.
¿Qué has hecho Can? ¿Cómo puedes pensar en vivir sin ella?
Mis ojos se llenan de lágrimas, siento que mi respiración es cada vez más agitada también, nada malo puede pasarle, no a ella, no.

- Sanem, aşkım, mi amor, Sanem -

Puedo oír a Layla llorando a mi lado, hablando animadamente por teléfono con sus padres.

Por fin llegan los asistentes de la sala de emergencias, me apartan y en breve la trasladan a la camilla y se la llevan.

Estoy petrificado de miedo, siento que alguien me toca el brazo, me giro como en un trance para darme cuenta de que es Polen.

Vuelvo a la realidad en un instante y me doy cuenta de que lo último que debió ver Sanem antes de caer al suelo sin vida debió ser a ella enroscada en mi cuello.
La rabia aumenta de forma imparable, la agarro de la muñeca y la arrastro a mi despacho.

- Vete inmediatamente, ya veo lo que has hecho, has visto a Sanem venir por el pasillo y querías que fuera testigo de nuestro apasionado beso ¿no? Te desprecio Polen, no quiero verte más, Hoşçakal, adiós -

Cojo mi chaqueta y salgo de la oficina sin volverme, tengo que ir detrás de la ambulancia, tengo que ver a qué hospital la llevan, tengo que estar cerca de ella, tengo que entender qué le está pasando, ¿por qué respira tan fuerte?

Alá, por favor, que esté bien y que no le pase nada, no puedo estar sin ella, me doy cuenta ahora, fui un tonto, ¿cómo pude pensar que podría vivir sin la otra mitad de mi corazón?

Una oportunidad para volver a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora