XLIV

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Sanem

- Sanem, ¿me dejarás formar parte de tu vida y de la del bebé? -

Por primera vez en nuestra relación, Can antepone mis razones, mis sentimientos, a sus propios deseos.
Me parece casi imposible creer que por fin haya comprendido que una relación está hecha de encuentros, choques y ajustes, compromisos y decisiones compartidas.

Me pregunta si aún quiero tiempo para pensar, niego con la cabeza, el tiempo que pedí era necesario para entender lo que quiero, Sanem, la mujer que necesita ser amada y comprendida por lo que es, antes de saber que sería la madre de su hijo me eligió, me aceptó en mi totalidad y complejidad.

Le sonrío con lágrimas en los ojos, llevo mis manos a sus mejillas como siempre me ha gustado hacer cuando hablo con él, le miro atentamente.

- Can, ¿no crees que esto es lo que siempre he soñado, estar contigo, llevar a tu hijo y el fruto de nuestro amor en mí?
Aquella noche, cuando discutimos, te referiste a lo que había sucedido tiempo atrás allí mismo, en la cabaña, a aquella noche en la que me había entregado a ti en cuerpo y alma porque estaba convencida de que en ese momento comenzaba nuestro para siempre, que nada ni nadie podría volver a dividirnos.
Ya estaba esperando este bebé pero no lo sabía, hubo algunos problemas al principio del embarazo que me hicieron creer que no estaba embarazada, pero si lo hubiera sabido y te lo hubiera dicho en ese momento ¿qué habrías hecho Can? ¿Cómo habrías reaccionado? Ni siquiera me atrevo a pensarlo, eso podría haber sido el principio del fin de lo que tenemos entre nosotros.
¿Te das cuenta de lo cerca que estuviste de destruirlo todo?
¿Destruirme?

Pero sé que el viejo Can no habría reaccionado nada bien al hecho de que le ocultara una noticia tan importante durante unos buenos seis meses, estoy seguro de ello. Creo que esta distancia ha sido realmente un nuevo comienzo para nuestra relación, que tú eres otro Can y yo otro Sanem. Aprendí que nunca le daré a nadie en el futuro, ni siquiera a ti, un poder tan absoluto sobre mi vida, aprendí una lección dura pero necesaria que enseñó a la joven enamorada a convertirse en una mujer consciente de lo que quiere y cómo lo quiere.

Y siempre te he deseado desde el primer momento, desde aquel beso robado en la oscuridad de la logia, soy consciente de que será así para siempre.

Te quiero en la vida de nuestro hijo, eso está claro, pero también te quiero en MI vida Can, si tú también lo quieres puede haber un NOSOTROS de nuevo, siempre he estado convencida de que éramos almas gemelas, complementarias y que nuestro amor era especial.

Empecemos de nuevo Can, conozcámonos poco a poco como hemos llegado a ser ahora, demuéstrame que me quieres por encima de todo y te demostraré que puedo quererte de una forma más madura, de una forma absoluta pero consciente -

Me pongo de puntillas y le beso.

Siento que contiene la respiración por un momento mientras me rodea con sus fuertes brazos, ¡cuánto he echado de menos la sensación de pertenencia que sólo esos brazos pueden hacerme sentir!

Llevo mis manos a su pecho y siento los latidos de su corazón tan locos como el mío en este momento, parece imposible que después de todo lo que ha pasado estemos de nuevo en los brazos del otro.

Nos apartamos para mirarnos profundamente a los ojos sonriendo, ambos estamos felices de habernos encontrado de nuevo y nuestros ojos se lo confiesan abiertamente, sin más reparos ni miedos.

- Seni çok seviyorum, te quiero mucho Sanem -

- Ben de seni çok seviyorum , Yo también te quiero mucho Can Divit -

Veo que de repente se pone de rodillas frente a mí, su cara a la altura de mi abdomen, pone sus manos sobre él y comienza a hablar emocionado, no puedo contener las lágrimas al verlo tan feliz y emocionado.

- Oye, ¿puedes oírme? Es tu papá, llegué un poco tarde pero te prometo que voy a recuperar el tiempo perdido, te vas a cansar de escucharme ya verás. Estoy deseando conocerte y quererte como prometo hacer a partir de ahora con tu preciosa madre.

Prometo cuidar de ti y de ella hasta mi último día en esta tierra, söz, lo prometo -

Se levanta y me coge en brazos de nuevo - Söz, prométeme Sanem, que votaré toda mi vida para hacerte feliz, tú d el cachorro que viene -

No puedo dejar de reír y llorar al mismo tiempo, sus palabras son tan hermosas y el tono tan intenso que siento que me acarician y calman los dolores de esta alma aún temblorosa por todo lo que ha tenido que enfrentar.

Permanecemos abrazados durante un tiempo interminable, el sol ya se ha puesto y el sonido de la música que se propaga entre las mesas del bar de abajo de nuestra casa comienza a extenderse por el aire.

Me mira sonriendo - ¿Me concede este baile señorita Aydin? -

Sonrío y asiento poniéndole los brazos alrededor del cuello, él me abraza y esconde su cara en el hueco de mi cuello suspirando y empezando a balancearse.

- Cuánto te he echado de menos Sanem Aydin -

Una oportunidad para volver a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora