II

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Can

Al ver que me da la espalda y se aleja me doy cuenta de que he sido pesado en mis modales y en mis palabras, nunca se me hubiera ocurrido dirigirme a una mujer de forma tan brutal y más aún a una mujer que había sido preciosa para mí como nadie.

Esto es lo que más me quema, me dejé llevar incondicionalmente por el amor por primera vez en mi vida y de ella no recibí más que mentiras y traición.

Estoy sacudida por lo que pasó, enfadada por haber permitido que alguien se acercara tanto a mí, que me tocara el corazón y luego me hiciera tanto daño.

Me doy la vuelta oyendo pasos, pensando que ha vuelto, pero no es otro que Polen.

- Can, ¿estás bien? ¿Necesitas hablar? ¿Hablamos de los preparativos del viaje? -

- No Polen, gracias pero no tengo ganas de hablar ahora mismo si no te importa -

- Es tarde, no me apetece abordar estas carreteras de montaña a estas horas de la noche, ¿está bien si me quedo aquí? -

Me distraigo porque mi corazón sigue acelerado, no puedo dejar de abrir y cerrar las manos tratando de relajar la tensión.
Distraídamente le digo - Sí, sí, claro, acomódate dentro del cobertizo, yo me quedaré fuera sin problema -

En un rincón de mi mente pienso que la dejé ir en la oscuridad de la noche sin asegurarme de que podría haber llamado a un taxi, estoy a punto de dirigirme hacia mi todoterreno para asegurarme de que se fue sin problemas cuando de nuevo la voz de Polen interrumpe mis pensamientos.

- ¿A dónde vas Can? No me vas a dejar aquí solo, ¿verdad? Está tan aislado aquí, tengo miedo, por favor no te vayas -

Me siento en conflicto, pero al final me doy cuenta de que ha pasado bastante tiempo, si tuviera problemas para encontrar un taxi ya habría vuelto.

Asiento con la cabeza y me siento frente al fuego que he montado en el claro frente a la cabaña, le deseo buenas noches para que entienda que no quiero conversar y me quedo mirando las llamas durante horas.

Pienso en lo estúpido que fue por mi parte abrir mi corazón a esa mujer y permitir que lo rompiera una vez más.

Después de lo que mi madre me hizo pasar de niña, me prometí a mí misma que nunca permitiría que nadie tan cercano me hiciera daño de nuevo.

En cambio, aquí estaba yo, con el corazón roto y la confianza traicionada por enésima vez, ella ya lo había hecho y, sin embargo, yo había intentado superar lo ocurrido por culpa de Emre en nombre del amor que sentía por ella.
Había confiado en ella, me había prometido que no volvería a ocultarme nada y, en cambio, volvió a traicionarme.

Se acabó, ya no puedo confiar en ella, no puedo permitir que se acerque, me doy cuenta de que si lo hiciera podría destruirme definitivamente.

Debo mantenerme firme en mi propósito, arreglar las últimas cosas en la agencia y luego partir hacia este trabajo en los Balcanes.
Me vendrá bien cambiar de aires y de ambiente, no era mi costumbre quedarme tanto tiempo en un sitio, pensaba que había encontrado a alguien por el que valía la pena quedarse, pero evidentemente no era así.

Quiero irme cuanto antes y dejar atrás Estambul y todo lo que ha representado en los últimos meses, no hay nada ni nadie que me retenga aquí.

Una oportunidad para volver a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora