XXXVIII

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Sanem

Necesito irme, necesito pasar un tiempo a solas para pensar y entender lo que quiero para mi futuro, le pedí a Elisa que alquilara para mí el apartamento de su vecino y ahora nos vamos juntos de Ischia para llegar a la ciudad de Camogli.

Subo a la popa del ferry para despedirme con una última mirada a esa isla que ha sido para mí refugio y alivio de cuerpo y alma. Mientras me pierdo en mis pensamientos veo salir de la bocana del puerto un barco que me resulta familiar. Mientras estábamos juntos, Can me había llevado una vez a ver su barco en el puerto, ahora lo reconozco fácilmente, es el que en este momento parece perseguir al ferry en el que estoy.

La observo durante un largo rato, rozando ligera y elegantemente las olas y acercándose cada vez más hasta que puedo ver claramente quién la dirige en ese momento, puedo sentir su mirada sobre mí una vez más como si fuera una delicada caricia, siento escalofríos recorriendo mi espina dorsal, pero también siento su arrepentimiento por haberse ido.

Mi corazón se aprieta al pensar que me ha seguido, ojalá no lo hubiera hecho, ojalá hubiera aceptado mi petición de tiempo y espacio para respirar y pensar. He intentado hacerle entender mi necesidad de mirar en lo más profundo de mí para poder comprender si el amor que siempre he sentido y, soy consciente, siempre sentiré por él es capaz de superar lo ocurrido.

No puedo pensar en volver con él, abrirle mi corazón una vez más, ponerlo en sus manos y luego vivir en la incertidumbre y en el temor de que las dificultades que la vida pone en el camino de toda pareja puedan llevarle un día a desecharlo como si fuera algo insignificante.

También necesito urgentemente saber que soy capaz de ser Sanem como Sanem con sus puntos fuertes y débiles, no la hija de los señores Aydin o la novia de Can Divit. Necesito hacerme cargo de mí misma durante un tiempo, no sé cuánto, pero el suficiente para asegurarme de que soy capaz de valerme por mí misma sin necesitar el apoyo de nadie.

Saco mi teléfono del bolso y le envío un mensaje, espero que le ayude a entender cómo me siento y lo que quiero en este momento de mi vida. Después de hacerlo vuelvo a mirar hacia su barco y a él, Elisa se acerca poco después, me acaricia suavemente el brazo para reconfortarme y sigue la dirección de mi mirada.

- ¿Es él? ¿Es ese tu Can? -

Asiento con la cabeza.

- Dios, no me lo esperaba, ¿te das cuenta de que ese maravilloso chico te persigue románticamente por todo el Golfo de Nápoles? Sanem, ¿estás seguro de que no quieres bajarte de este ferry y subirte a ese barco? Por favor, piénsalo, aunque haya cometido muchos errores, me parece que está demostrando de todas las maneras que se preocupa por ti y que quiere enmendar sus errores.

Suspiro, sin dejar de mirar la inconfundible silueta que veo al timón del elegante barco que nos sigue.

- Es cierto Elisa, no puedo negarlo, pero si lo hiciera ahora sería sólo porque le quiero y no quiero perderle, no porque esté convencida de que realmente podría funcionar entre nosotros, siempre me quedaría la duda de no haberle perdonado y el miedo a que pudiera volver a apartarme para destruirme definitivamente esta vez. Necesito hacerme fuerte por mí misma ante todo y por mi hijo, quiero estar sola lejos de mi familia y de él, no quiero depender de nadie.

¿Puedes entenderlo?

Sólo quiero un tiempo, no es una huida definitiva, quiero volver cuando me sienta más fuerte, más segura, segura de haber superado la decepción y el resentimiento que me ha impulsado en los últimos meses, tengo que crecer y madurar y tengo que hacerlo sola-.

Elisa asiente y me abraza con sincero afecto, tal vez haya conseguido por fin que alguien entienda mi necesidad de conocerme y crecer.

Sigo mirando su barco hasta que, cerca del puerto, se desvía para dirigirse probablemente al espacio de atraque reservado a las pequeñas embarcaciones, sigo esas velas hasta que desaparecen detrás del pequeño puerto de delimitación con el puerto principal.

Suspirando me dirijo hacia la proa del ferry para prepararme para zarpar e ir al encuentro de esta nueva etapa de la vida, aquella en la que descubro quién soy y quién quiero ser realmente.

Una oportunidad para volver a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora