Capitulo L: En el Abismo

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"Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal." (Madre Teresa de Calcuta, 1910-1997).



Luego de haber emitido su transmisión en todo el mundo, pudieron ver un significativo apoyo y cambio, el miedo infringido por el espectro rojo fue remplazado por euforia, ira y ganas de pelear. Supieron por los satélites y contactos de Juri que en Caracas las personas comunes habían empezado tiroteos, revueltas, peleas y grandes grupos para atacar a la base situada en el centro de la ciudad.

Grace de inmediato partió con toda su banda y la pequeña milicia que habían creado en ese tiempo, con camiones llenos de armas, provisiones y balas. Los súper soldados de Kaira salieron en carrera, pues ellos tenían tanta resistencia como un auto deportivo, escoltando así al mismo tiempo a la milicia.

Gunter, Juri y Annia irían en aviones de transporte junto con la piloto Aleska Solverbk, antigua piloto del escuadrón de Kaira y amiga íntima del grupo. Al grupo original, Norman, Alicia, Eric, Franco, Kaira y Samanta irían en un pequeño avión de transporte escoltado por el Jet de Tiziana, el cual estaba pintado de blanco con detalles de azul.

Alicia estaba inquieta en su asiento, moviendo las piernas, girando los dedos, viendo a todos lados, suspirando. En el poco tiempo que entrenó con Sofía desarrolló la habilidad de predecir a través de la genética, basándose en que todo ya fue creado y todo pasara, la respuesta está en la gran memoria genética, en términos más sencillos, al tocar a alguien podía ver diminutos fragmentos de su posible futuro y necesitaba ver el de Kaira.

A su izquierda estaba ella y a su derecha Norman bromeando con Eric sobre un juego llamado Call of Duty, cosas de niños infantiles según Samanta quien dormía plácidamente en los brazos de Franco, bueno, el brazo de franco y su prótesis de metal.

Kaira estaba en silencio, recostada de su espaldar con los ojos cerrados, según había visto en sus memorias a eso se le llamaba meditar y a Kaira le ayudaba para calmar el nerviosismo, alejar todo lo no importante para la batalla y el concentrarse en ella.

Sabía que la mayoría iba a morir, por no decir casi todos en esa sanguinaria batalla, pero protegería a sus amigos, a su familia con su vida, si es que podía. Ideó un plan rápido con una de las miles películas del género romántico que le hizo ver Annia en las noches con ella mientras comían algo llamado, helado, un dulce delicioso pero frio que se te calaba en el cerebro.

Alicia se hizo la dormida para recostarse en el hombro de Kaira, quien abrió los ojos con una ceja elevada, evidente signo de tanto sorpresa como molestia. Al bajar la mirada vio a la rubia recostada en ella, aparentemente dormida, aquello le hizo reflexionar y sentirse mal, pues Alicia era su amiga y ella le había tratado mal.

Kaira con un leve sonrojo suspiró y le abrazó con un brazo, a lo que Alicia le abrazó y se acomodó más en sus pechos, acción que le hizo poner más roja aun a la agente. Norman y Eric vieron aquello sorprendidos y de inmediato se taparon la boca para no reír, Kaira les tiró una mirada asesina a lo que ellos voltearon rápidamente.

Franco al ver aquello le entraron unas ganas de soltar algunas lágrimas de alivio, tal vez aquella batalla les había dañado y cambiado, pero no lo suficiente para dejar de ser la familia que eran, todavía estaban los verdaderos ellos, aunque creía que luego de esta batalla dejaran de existir definitivamente.

Alicia se concentró en la mente de Kaira, buscando futuros posibles escenarios. Primero vio un flash de imágenes a una Kaira más alta, con un traje de color negro puro algo robotizado. Ella tenía el cabello corto como la había conocido, con un ojo rojo y uno azul, ambos brillando, pero lo que le perturbó fue su mirada, vacía, como una máquina, una de matar según las hachas en sus manos manchadas de sangre.

SIN DESTINO: EL INICIO (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora