Capitulo XLVII: Porque mi Corazón es Tuyo

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"El amor verdadero es la única riqueza que no se compra ni se vende. Se regala a quien lo merece, y se quita a quien no lo valora." (Paulo Coelho).



— ¡Norman, hermano mío ¿Cuánto tiempo sin verte? —le dijo Black para luego abrazarle con tanta fuerza que casi Kaira y Alicia saltaban en su rescate—. Blake me habló de ti y de tus, bueno, peculiares amigos...

—Si viejo, todos los presentes en esta sala, faltando Franco, son la única familia que ahora tengo —dijo él joven con un poco de melancolía, la cual fue borrada al sentir la mano de Blake en su hombro.

—A ver, acá tenemos a una chica zombi, rambo, bruce lee, la soldado del invierno, la mexicana, la gótica y supongo que falta al muchacho que en este momento está probando el último invento de mi hermana —les dijo a todos el empresario mientras sonreía y abría los brazos.

Alicia le miró confundida, Samanta le sacó el dedo del medio, Tiziana alzó una ceja, Eric sonrió con complicidad, Kaira le miró con un frio desdén y Norman se rió, pues desde que practicaba artes marciales aquellos dos le decían bruce lee o primo de chun li.

— ¿Dónde están mis modales? Damas y caballeros, personas que no se consideran damas y caballeros. Ella es Sofia, otra Alpax de la raza perteneciente a su amiga Alicia —explicó Black para dejar que Alicia diera un paso al frente e inclinara su cabeza con una gentileza casi perfecta.

En menos de un parpadeo Norman y Alicia abrieron los ojos, ¿otra Alpax, eso siquiera era posible? Kaira tan solo se acomodó en su asiento entrecerrando los ojos, habían producido más armas biológicas, las únicas capaces de enfrentarse a los súper soldados en caso de un golpe de estado, las únicas capaces de seguir órdenes al pie de la letra debido al adoctrinamiento cerebral con el que nacían.

Alicia miró a Norman como si le pidiera permiso para hablar, él chico sonrió extrañado asintiéndole de todos modos y en menos de lo que canta un gallo Alicia salió disparada hacia Sofia.

— ¿Puedes enseñarme, digo sabes usar nuestros poderes? —le preguntó casi desesperada, pues si no lograba todo su potencial no podría proteger a sus amigos.

Sofia parecía un robot, sin voluntad propia, tan educada y recta que a Kaira le parecía más un soldado que una sirviente, una guardiana. La Alpax al igual que Alicia miró a su amo buscando una respuesta.

—Adelante —le permitió Black sonriéndole.

—Sígueme Alicia y te enseñaré todo lo que sé —le dijo Sofia más animada, relajando el rostro aunque aún sin sonreír.

Ambas se fueron de la habitación dejando a Norman, Samanta y a Eric preocupados. Pero luego Black les negó sonriendo y todos se calmaron, había cosas más importantes por hacer y cada uno debía prepararse.

—Bueno, les pedí a mi equipo en Alemania que trajera los regalos que yo personalmente en conjunto con Black me encargué de hacerles, claro, basándome en la poca información que nos dio Norman —concluyó Blake mirando al muchacho el cual sonreía nervioso alzando los hombros.

Kaira en ese momento se sentó al lado de Norman para luego recostársele encima y pegar su rostro al cuello del. Los demás estuvieron unos poco incómodos, sobre todo Tiziana y Blake, pero apartaron la mirada cuando Norman la envolvió con un brazo y Kaira le dedicó una de sus mejores sonrisas, unas de las que solo guardaba para él.

Black aplaudió dos veces y cuatro personas entraron trayendo maletines, cajas y bolsas de un material extraño. Luego organizaron todo en una gran mesa metálica que salió del suelo para la sorpresa de todos. Blake les sonrió para señalar como si de una niña se tratase sus inventos.

Sin Destino El Inicio (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora