Capitulo LI: La Batalla por la Humanidad (Parte 1)

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"El campo de batalla es una escena de caos constante. El ganador será el que controla que el caos, tanto el propio como el de los enemigos". (Napoleón Bonaparte).



De pronto una alarma empezó a sonar con un tono agudo y verdaderamente fastidioso. Ruth gruñó y de un puñetazo reventó el pequeño reloj. Estaba acostada sin alguna prenda en medio de Silvia y Oliver, quienes seguían su ejemplo. Ayer Oliver propuso que se "divirtieran" antes de ir a lo que probablemente sería una batalla suicida y con más razón si la manejaba Merion.

Hoy era el día en el que atacaría a su hermana, le enfrentaría de frente. Según los informes de los espías y vigías, los traidores y rebeldes a la nación habían llegado ayer por la noche, tanto por aire como por tierra y ella tendría que defender la instalación hasta que la operación pureza terrenal estuviera completa.

De pronto sintió como unos fuertes brazos se aferraban por detrás a su cadera, luego como Silvia acomodaba su cabeza en el espacio entre su cuello y su hombro. Al menos los tenía a ellos, los amaba a los dos por igual pues se lo habían ganado.

Al levantarse empezó a vestirse, pues como representante del espectro rojo para la operación debía estar presente, ellos podían dormir unas horas más si así lo querían y tal vez divertirse otra media hora, no se los negaría, no con lo que venía a continuación para ellos tres.

Lentamente se puso la primera capa de su traje, un enterizo negro pegado a la piel, luego su armadura y por último su casco. Suspiró con pesar para volverlos a ver, abrazados, tan tranquilos, tan inocentes, tan inhumanos para ser verdad. Con ese último pensamiento salió de su habitación directo a la oficina en jefe correspondiente ahora a Merion.

La noche anterior mientras gozaba arriba de Oliver y Silvia atrás de ella Adán se le volvió a presentar, algo como una posesión dándole más fuerza, más energía y poder del que ya tenía, "entrégate y yo te daré el poder para hacer lo que quieras" eso fue lo que le dijo, a lo cual no iba a acceder, ella era libre y nadie le iba a quitar ese derecho.

Mientras caminaba también pensó en el Cuervo y en Eva, importantes adiciones a su equipo, uno destinado a defender las instalaciones y no dejar pasar a los rebeldes. La verdadera intención de su equipo era enfrentarse al de su hermana, los únicos capaces de hacerle frente a la Nación Roja junto a otros desertores, como por ejemplo el equipo de Alaska o los el soldado blanco de Asia. La misión y única finalidad de esa batalla era eliminar a Kaira Ivanovs y a su equipo, nada más...

Al subir en el ascensor se podía apreciar la ciudad con varias columnas de humo crecientes, fuego, algunas explosiones y el cielo negro e hasta un poco rojo, todo producto de la pequeña batalla de ayer, pues si ellos empezaron ella lo terminaría.

Al abrir las grandes puertas de metal del ascensor se dirigió hacia la oficina de Merion. Las puertas eran de una madera muy clara, casi amarilla y las paredes gozaban de un blanco muy tranquilizador. Todo estaba en perfecto estado, impecable e brillante.

—Ruth, llegaste en buen momento necesitaba hablar contigo —le dijo el general ordenando unas carpetas mientras tecleaba en una computadora al mismo tiempo.

—Habla —ordenó tajante; pues aunque el dirigiera la operación ella era su superior y si así lo quería le rebanaría la cabeza con una de sus espadas.

—El ataque será en ocho horas, lanzaremos primero las bombas con el virus AH y mientras necesito que ubiques a nuestras fuerzas en puntos específicos para la defensa, no deben llegar a dentro del edificio y mucho menos a la colmena roja.

— ¿Si sabe que nos superan en número, no? y que también tienen artillería y naves de combate. Se armaron muy bien, tampoco podemos omitir que tienen súper soldados y al proyecto Alicia.

SIN DESTINO: EL INICIO (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora