"Ni coronas ni reyes. A ella no le falta nada para ser una reina". (David Sant).
—Chicos, siento infectados cerca, son muchos, demasiados para pelear —alertó Alicia, mirando a todos lados asustada.
Norman y Franco la miraban confundidos; sabían que la rubia tenía poderes, pero ¿cómo era posible que hubieran infectados cerca? Aunque Norman al recordar sonrió algo nervioso, ¿quién diría que Eric sí había podido?
—¿A qué distancia están? —le preguntó Franco alzando una ceja, a lo que ella le respondió.
—Unos doscientos, a diez kilómetros de la alcaldía, siguen a una camioneta con unas bocinas —explicó Alicia confundida.
—Prepárense, Eric viene en camino, la operación Fénix fracasó, el plan C está en marcha —Alicia y Franco lo miraron confundidos para luego posar la vista en el combate.
A Kaira la habían derribado de una patada en el pecho; luego Eva agarró el machete que había lanzado para darle de lleno a la agente, quien en un rápido movimiento bloqueó la estocada con el hacha para luego girar y quedar detrás de la campeona, propinándole un corte en la pierna de Eva, la cual por la fuerza del mismo salió volando, haciéndola gritar hasta desgarrar sus cuerdas vocales; al parecer el dolor seguía ahí.
Eva gruñó como un animal, alejándose, mientras que Kaira se ponía de pie jadeando. Ambas estaban cansadas y el público tanto como su líder fascinado gritaban que continuaran.
Eva no tardó en regenerar su pierna para volver al combate. Ambas peleaban dejando pequeñas hondas de impactos por donde se movieran; el concreto se agrietaba al blandir las armas y sus pies apoyarse en el suelo. Ni los mejores soldados del mundo peleaban así. Kaira miró a donde se suponía que estaba la puerta principal; a lo lejos, gracias a sus sentidos aumentados, podía oír como el suelo temblaba por incontables pisadas.
—¡Acabemos con esto, perra, voy a poner tu cabeza en la entrada de trofeo! —gritó exaltada la campeona, haciendo que sus venas se marcaran tomando un tono negro verdoso.
Para sorpresa de Kaira, los colmillos y dientes de Eva crecieron para parecer pequeños cuchillos; su piel se tornó blanca pálida y con un gruñido soltó los machetes para correr a máxima velocidad hacia su presa.
La joven vio a Norman, quien fue abriendo los dedos hasta dejar ver cinco ¡cinco minutos! Eso necesitaban. Kaira le lanzó el hacha a Eva, quien la esquivó fácilmente, golpeándole la barriga a la agente, quien escupió sangre debido a la fuerza del golpe mientras caía de rodillas. Sintió que al menos cuatro costillas se le habían roto perforando sus órganos.
—No eres más que una fanfarrona, aunque tengas poderes, no superas los míos —le hizo saber la campeona tomándola del cabello para darle repetidamente rodillazos con una fuerza a temer.
La agente no perdió el tiempo y destrozándose los nudillos le rompió una rodilla a Eva, quien siquiera lo había sentido. La campeona siguió golpeándole mientras que Kaira siguió rompiendo sus articulaciones. Aquella pelea la perdería a quien su factor regenerativo traicionara primero, y todo indicaba que el de la gente cedería primero, como odiaba no haber entrenado con Ruth cuando se lo ofreció.
Kaira sentía cada impacto como si un bate de béisbol de acero le pegara en la cara. Le había roto la nariz y los labios, dejando caer chorritos de sangre al suelo. Cuando la agente dejó caer los brazos a punto de la inconsciencia, Eva la tomó del cuello para rompérselo.
Norman ahogó un grito para empezar a correr hacia las peleadoras cuando un gruñido desgarrador se oyó desde grave a agudo muy cerca; luego uno, dos, cinco, veinte, ahora incontables, habían llegado...
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SIN DESTINO: EL INICIO (EN EDICIÓN)
Science FictionElla es la culpable, la causante, el inicio y el final de todos, sobre todo de su propio destino... A un paso del fin del mundo, Norman y Kaira buscan sobrevivir a los efectos de una bio-arma, otros supervivientes y una misteriosa pero macabra organ...